𝚁𝚎𝚒𝚗𝚒𝚌𝚒𝚊𝚛.

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Draken.

— Bien. ¿Que quieres hacer? — dije viendo al niño sentado frente a mi. Éste se veía concentrado en su manga y apenas reaccionaba a lo que sucedía alrededor.

— Eres el adulto. Tú dime. — dijo restándole importancia. — ¿Nunca has cuidado a un niño?

— Ninguno aparte de Mikey. — reí al ver cómo Mikey me daba la espalda. — Aún estoy acostumbrandome a esto. Así que, ¿Por qué no me ayudas?

Suspiré notando que Takeo no estaba prestando atención. Iba a ser más difícil de lo que creí.

— También cuidaste a las hermanas de Mitsuya una vez. — dijo Mikey.

— No es lo mismo, Mitsuya siempre estaba ahí.

— Si lo es. — Mikey se acercó a Takeo tirandose a su lado en el sofá. Esto provoco que el niño levantará la mirada molesto. — Él dejaba que esas niñas lo peinaran. ¿Quieres jugar a peinarlo?

— ¿Peinar qué? Se está quedando calvo. — respondió Takeo. Aunque quiso mantenerse serio la risa de Mikey le contagio.

— Basta ustedes dos. — Tomando un almohadón lo avente contra Mikey. — Estoy pidiendo ayuda, no estamos hablando de mi cabello.

— Jaja ¡Kenchin! ¿Cuál cabello? JAJAJA — Mikey se retorcía en su lugar casi cayendo del asiento.

— Te dije que pares, maldito imbécil. — Me levanté acercándome a Mikey, para tomar el cuello de su ropa.

¿En qué momento esos dos se había hecho tan cercanos? Era inevitable no envidiar que mis antiguos compañeros, incluso Mikey, se habían ganado la confianza de Takeo.

— ¿Has visto la hora? — La voz de Takeo me detuvo mientras tiraba a Mikey del sofá. Ví el reloj en la pared, 13:37. Regrese la mirada confundido. — Ya paso la hora del almuerzo. Debes alimentarme. — dijo regresando la mirada a su libro.

— También tengo hambre, Kenchin. — hablo Mikey. En el momento lo solté dejándolo caer al suelo.

— Hasta recién estabas comiendo. — rodé los ojos. — Takeo ¿Conoces Tokio?

— No tanto, solo vengo aquí a ver a Tadashi-san o la abuela.

— ¿Abuela?! — dije confundido.

La madre de ______ estaba muerta, ¿De quién habla? Y sí fuese por mí, ni siquiera yo sabía de mi madre, ¿Cómo podría saberlo Takeo?

— Ujum. Mi abuela, la señora Baji. — dijo cerrando el libro. — ¿No la conoces?

Baji de nuevo. Él invadía cada aspecto de la vida de Takeo. De la vida de _____. Jamás podría quitarlo sin herir al pequeño.

¿Por qué se siente como sí hubiese robado mi vida?

— La conocí hace mucho. Pero, — no podía ser cruel con él. No iba a opinar sobre la familia que tenía. — Olvídalo. Hay que enseñarte el lugar, saldremos a comer. ¿Que se te antoja?

— Lo que sea. — dijo restándole importancia mientras tomaba su mochila.

— ¿Seguro que quieres lo que sea? — alcé una ceja, recordando las palabras de su madre. — Mikey, ¿Que opinas de ir por sushi? — dije viendo de reojo como el rostro de Takeo se deformaba en una mueca.

— Pez no. — dijo rápidamente. — Fuera de eso, estoy bien con lo que sea.

— Que sea sushi entonces. — dijo Mikey empujandolo hacia la salida.

ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀ r.k (draken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora