Día 27: Rutina - Zukka

562 43 0
                                    

Summary:

Tras el final de la guerra de 100 años y con Zuko como el nuevo señor del fuego, él y Sokka descubren que sus deberes afectan su vínculo debido a lo separados que están normalmente debido a sus responsabilidades de restablecer la paz con las naciones devastadas. Eso comienza a enfermarlos por la lejanía debido a su vínculo reciente y necesitado de afecto.

Gracias a Iroh ellos dos crean una rutina que les permita seguir fortaleciendo su vínculo y así poder cambiar el mundo para convertir el desastre de Ozai en un paraíso lleno de progreso y bondad.

................................................................................................................................................................

Tras la derrota del Señor del Fuego Ozai, muy pocos momentos tuvieron para poder relajarse y disfrutar de lo que quedaba de su juventud. Cada uno tenía un destino que debía cumplir, comenzando por Zuko y su arduo trabajo con reparar a la Nación del Fuego, algo de lo que ahora que era el único heredero no podía escapar.

A Sokka le habían ofrecido ser el nuevo líder de la tribu del agua del Sur, pero a pesar de realmente quererlo, no quería verse atado a estar en el hielo porque ahora había algo más fuerte que llamaba a gritos su nombre por atención y es que durante los últimos momentos previos a la batalla donde no sabían si sobrevivirían él y Zuko sellaron su romance en la piel nivea de maestro fuego. Por eso no quería irse y tener que ver a su Omega una vez cada determinado periodo vacacional. No quería tener que ocupar excusas cansinas de tratados que requerían la presencia del Lord de fuego Omega.

Iroh se compadeció de él, ofreciéndole un puesto de embajador entre las naciones, le permitiría vivir con Zuko en el palacio y se encargaría de las relaciones exteriores y de las estrategias militares dado su increíble desempeño táctico en la guerra.

No dudó ni un segundo en aceptarlo. Fue difícil explicárselo a su padre, pero Hadoka entendía perfectamente sus motivos.

Katara había decidido viajar con Aang para buscar más nómadas del aire que sobrevivieran por ahí, confiando en que Aang no podía haber sido el último en años, también tenían la misión moral de apoyar a las personas afectadas por la guerra.

Por su parte Toph iba a volver al reino tierra con el sueño de formarse en la armada militar más poderosa y enseñar a los maestros tierra a controlar el metal. Y Suki había vuelto sin dudar con sus apreciadas guerreras Kyoshi.

Todos parecían ya tener su rumbo fijo para hacer sus vidas, manteniendo en sus corazones la promesa de volver a verse cuando fuesen aún más grandes de lo que eran ahora, dándose tiempo para mejorar sin romper nunca los lazos que habían armado de esa manera tan especial que la guerra cruenta les había dado.

Zuko y Sokka se concentraron en lo suyo. Las relaciones exteriores eran un caos. Fueron lindas las palabras de lo que era su trabajo a realizar, pero no era lindo realizarlo. Las otras naciones no querían perdonar a la Nación del Fuego, había un gran odio aunque sabían bien ellos dos que no se borraría rápido, era imposible deshacer 100 años de dolor y resentimiento en un par de días.

Los separó más de lo que querían. Sokka debía partir en más de una ocasión para poder establecer acuerdos con las otras naciones, incluyendo la suya propia porque no podía simplemente hablar por sus allegados. Zuko por su parte estaba trabajando en ayudar a su propio pueblo, quitándoles el miedo y las creencias que Ozai les había impartido, buscando de todas las maneras que entendieran que ahora eran libres de hacer y decidir lo que quisieran hacer de sus vidas sin miedo a la represión militar que terminaría en muerte.

Pero era esa gran separación que duraba incluso meses que ambos comenzaron a enfermarse. Ya era malo permanecer alejados un par de días, los hacía sentir frenéticos e incómodos. Un par de semanas los hacía sentir desesperados, incluso provocaba insomnio, pero que estuvieran meses separados les estaba causando una terrible debilidad, deteriorando su salud hasta dejarlos en cama.

Iroh ya había dicho que no podían seguir así o terminarían muriendo por la ausencia del otro, porque la marca era reciente y el vínculo era necesitado y dependiente de sus afectos. Hicieron que ambos regresaran para poder planear una rutina que sustentara el bienestar de ambos.

Comenzaron perfumando sus prendas lo suficiente para que pudieran sobrevivir alejados un par de semanas. Había resultado bastante bien y se mandaban dibujos y cartas cada vez que se encontraban lejos. Luego alternaron sus ropas. Siendo que el nuevo Señor del Fuego era un Omega apareado con un alfa de otra nación la combinación de sus prendas era importante para destacar la unión de dos naciones que habían perdonado el pasado totalmente para unirse como una en bien de los niños del futuro.

A dónde sea que Sokka iba el color rojo de la Nación del Fuego adornaba sus prendas azules de la tribu del agua con una maravillosa estética que incluso lo engrandecía. Y a su vez, hacia donde Zuko fuera la gente miraba el color azúl de la tribu del agua del Sur agraciando su esbelta figura gracias a la capa azul y la fina cinturilla que delineaba a la perfección su cintura, volviendo prominentes sus caderas (al menos lo suficiente para un Omega masculino) y haciendo lucir sus piernas más largas.

Ambos tenían un gran porte de liderazgo combinado que la gente de las demás naciones comenzó a notar en el trabajo colectivo de esos dos. Comenzaron a notar sus propuestas, entendiendo que esta vez eran ciertas, que no eran de dientes para fuera antes de acabar en un régimen de dictadura como cuando estuvieron Azulon y Ozai.

Esta vez la Nación del fuego tenía la guía de las demás naciones para regresar al camino correcto, siendo las riendas principales el grupo de niños más valientes que nunca se había visto antes. Las cuatro naciones trabajando desde la esperanza; Una chica de élite del reino tierra, siendo la maestra tierra más joven y líder de milicia más fuerte de todos los tiempos. Con la mejor sanadora y maestra agua jamás existente que quedaba en pie aún, proveniente de una humilde tribu del agua del sur. Ayudados por la líder de un grupo de combate honorario como lo eran las guerreras Kyoshi. Con la bendición y la guía del Avatar de ese tiempo y que poseía la sabiduría de sus antecesores. Y lo más importante, teniendo al estratega y guerrero más joven y formidable de la historia proveniente de una tribu empequeñecida y devastada por la guerra que estaba casado con la promesa más grande que la Nación del Fuego había visto en años, un Omega bondadoso con una visión del futuro llena de compasión y libre albedrío, que creía en su gente.

Zuko era lo que la Nación del Fuego tanto había rezado a Agni. Porque ahora, mientras veían el esfuerzo que ese Omega y su esposo ponían para movilizar a sus amigos y a su vez estos a todos los miembros de sus respectivas naciones, mientras balanceaban una rutina para fortalecer su vínculo afectivo, les quedaba claro que el futuro iba a ser sumamente brillante.

Hace mucho tiempo las 4 naciones vivieron en discordia. Pero todo cambió cuando el Omega de la Nación del Fuego y su esposo de la tribu del agua atacaron junto a su grupo de amigos para ponerle fin a la guerra. Angi y Tui La los habían bendecido para que todo lo que iba a venir de ellos fuese puro progreso y paz como siempre debió ser.

RETO OMEGAVERSE 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora