Día 28: Nudo- Kyo x Iori

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Summary:

El celo de Iori se pone tan intenso que Kyo, guiado por el instinto anuda dentro de él, asegurándose de cumplir el deseo más profundo del Omega de Iori Yagami; Concebir un cachorro con su nudo.

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El celo de Iori era un inhibidor potente de su propio autocontrol. Kyo lo sabía bien. Porque él mismo en ese momento no tenía pena alguna de pasar su lengua rasposa por toda la piel pálida de su Omega de aroma a cereza y mucho menos de enterrarla en la entrada rebozante de resbaladizo. No, Kyo disfrutaba compartir el celo de su Omega porque Iori no pensaba en las posibilidades de nada, no cuestionaba nada, dejaba que sus instintos hablaran por él y confesaran sus más grandes deseos.

Habían pasado años hablando de las cosas que ambos querían y no querían en la relación cuando por fin habían dado el gran paso de tener algo. Había escuchado incontables veces a Iori decir que no quería tener hijos y que no planeaba embarazarse, pero él sabía que en el fondo era todo lo que Iori quería. Porque en cada celo él era el que tenía que recordar usar protección pues Iori rogaba por un vientre inflamado de esperma caliente, sentir cómo se expandía y rogar porque el nudo dentro de él liberará la cantidad suficiente para tener cachorros.

Lo lloraba. Su Omega lo lloraba cada vez que eventualmente no había nada ahí adentro moviendo sus entrañas y despertando sus instintos maternales que lo enloquecieran. El Omega interno de Iori era sumamente sensible y expresivo, lo que Iori no era externamente. Pero lo notaba, lo sentía en la marca de apareamiento, como el pelirrojo se deprimía cuando se miraba al espejo y notaba que no había sensibilidad en sus pechos, no había un vientre expandido y no había para nada malestares, no había indicio de cambios de humor, no había síntomas.

Por eso Kyo estaba dispuesto a escuchar a esa parte hermosa de su Omega con la que estaba dispuesto a negociar y estaba dispuesto a complacer. Esa noche y las posteriores que vendrían, de puro sexo, él no usaría condón. No, esta vez permitiría que su nudo entrara desnudo para llenarlo completo.

Y se tardaron. Las primeras 3 horas de sexo antes de que Kyo tuviese que obligar a Iori a dormir se encargó de trabar su nudo al menos 2 veces cuando la sesión finalizaba por el momento, sintiendo cómo el Omega lloriqueaba por las pequeñas púas en su pene que se agarraban en la carne para no salirse antes de tiempo. Viendo como con cada clímax de cada nueva ronda el vientre perfecto y suave de Iori se expandía más y más, viéndose casi como un embarazo de pocos meses.

Podía escuchar como el Omega de Iori se regozijaba de sentirse lleno de pura leche Alfa. Siendo consciente y estando esperando que tanto esperma le conseguiría un cachorro.

Se lo iba a cumplir. Podría durar totalmente los 3 días de celo de Iori anudando en su interior. Haciéndolo sentir completo, como siempre debió ser. Porque debía ser sincero con él mismo, llevaba años ansiando ver a su Omega estando en casa, esperándole con un gran y abultado vientre mientras miraba a sus otros cachorros llegar y abrazarle porque papá había vuelto a casa de un día de pesado trabajo.

Era una fantasía bastante grande que añoraba cumplir. Con un Iori en casa encargándose de los niños mientras él proveía como un buen alfa, teniendo muchos hijos y dejando a su Omega en buena etapa reproductiva cargando con la siguiente camada.

Quería una familia grande, su propio Alfa interno gruñía de placer cada que imaginaba ese futuro con su Omega. Porque era instintivo, ambos querían hijos, muchos hijos porque los omegas amaban estar llenos, amaban ser criados y amaban a los bebés. Los alfas amaban crearlos, amaban tener al Omega desechos en puros gemidos mientras los llenaban, asegurándose de criarlos hasta que sus cuerpos no pudieran llenarse más de su poderoso esperma, obligándolos a tomar sus nudos para asegurar el crecimiento de sus castas.

Sí. Mientras se movía nuevamente en un vaivén frenético, donde su piel golpeaba con fuerza la piel del trasero de su Omega, sonorizando la habitación con una sinfonía perfecta de éxtasis puro, se aseguró de que lo consiguieran. Iba a darle a su Omega todo lo que había estado deseando en secreto, iba a llenarlo una y mil veces más, impidiéndole sacar el esperma de su interior por nada del mundo, asegurarse de que lo tomase todo tan profundamente como fuese posible.

Le iba a dar a Iori una gran camada de cachorros poderosos, asegurándose que sea él quien disfrute de esa etapa de maternidad del Omega más rudo y rebelde jamás existente, sobreviviente de Orochi. Iba a disfrutar de los cambios corporales de Iori e iba a ver a su familia crecer una y otra vez.

Porque no importa cuántas veces tuviera que hacerlo e incluso si tenía que obligarlo a tomar su nudo hasta que estuviese lleno nuevamente. Iba a dejarlo embarazado, iba a cumplir su mayor anhelo.
A como diera lugar.

RETO OMEGAVERSE 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora