Debo admitir que aún me da miedo subir al auto con Mayi así que exhalo una gran bocanada de aire y abro la puerta, no tiene licencia pero sí un permiso para manejar dentro de la ciudad y obviamente tuvo que hacer pruebas para conseguirlo, pero parece que olvidó todo al momento en el que ese plástico tocó sus manos.
—Hola guapa— Me saluda con ojos coquetos.—No seas dramática y sube o te vas caminando.— Suelta al ver que dudo como siempre, la mayor parte del tiempo solo lo hago para molestarla, pero me arrepiento al instante que comienza a hacer un drama que dura 2 horas.
—No estaba dudando tonta, me gusta el clima de hoy.— Digo mientras subo al auto y agarro su cara para darle un beso escandaloso en la mejilla.
Debo decir que casi no alcanzo a cerrar la puerta cuando dió un arrancon y frena unos cuantos metros después, solo lo hace para molestarme, mis uñas siguen enterradas en el asiento y una mirada asesina cae sobre mi mejor amiga que en este momento está riendo a carcajadas mientras avanza con una velocidad prudente; al fin puedo ponerme el cinturón para volver a aferrarme al asiento como un gato.
—Vive un poco Liv.—El tono suave se mezcla con risitas.
—Creo que si quieres que viva no deberías de conducir a mi muerte.
—No pasa nada si se acelera un poco, no puedes morir por unos minutos de diversión.—Aquí vamos de nuevo con el tema de la "diversión".
—Sabes que me divierto a mi manera y es muy distinta a la tuya, no molestes.— Vuelvo mi vista al frente y comienza a sonar "Only the brave" de Louis Tomlinson en la radio. Maya enloquece.
—Mi himno, mi canción, mi papi.— Grita mientras finge que se le quiebra la voz.−— It's a church of burnt romances and I'm too far gone to pray it's a solo song and it's only for the brave.— Maya sueña con poder ser libre y expresar sus preferencias así que suele identificarse con Louis, sus ojos brillan durante toda la canción y obviamente la acompaño en su momento.
Después de 15 minutos, llegamos a un restaurante que está cerca del centro comercial, venden unos desayunos deliciosos, Maya y yo solíamos venir una vez por semana pero nos dió vergüenza que ya nos ubicaran y supieran cosas de nosotras así que optamos por quedarnos en casa y pedir a domicilio.
Nos llevan a nuestra mesa y ordenamos.
—Hay una fiesta hoy por la noche, no tengo muchas ganas de ir, estaba pensando en que puedo quedarme en tu casa y vemos películas toda la noche. ¿Que dices?—¿Maya Piñeros no quiere salir de fiesta? Algo anda mal y ese algo tiene nombre y apellido.
—¿Está todo bien con Fred?— Fred es el novio imbécil de Maya, cada vez que decide ser un tóxico a mi mejor amiga le salen "mágicamente" moretones en los brazos, lo odio pero no logro que abra los ojos, no es tan fácil como lo pintan quienes no lo han vivido.
—Ya sabes, no es una buena racha para el equipo y eso lo estresa un poco.— Oh no, no es un equipo de fútbol o basketball, el imbécil juega ajedrez, se ve muy santo pero es un maldito.— No quiero que se enfade conmigo si salgo hoy además no tengo ganas, quiero estar contigo.
—Sabes que siempre puedes quedarte conmigo, a mamá no le molesta y creo que hoy no va a llegar.—Ella es mi lugar seguro, yo soy el suyo, así funcionamos, así sobrevivimos.
—¿Desde cuándo no llega Liv?—Noto la tristeza y la preocupación en su tono al hacerme esa pregunta, digamos que mamá suele deprimirse desde que nos mudamos, no es adicta a nada pero hay días en los que prefiere estar con sus amigas y quedarse en casa de ellas después del trabajo en vez de llegar a casa, un lugar que no le gusta y no llamaría hogar.
—La vi hace dos días, me preguntó si estaba lista para regresar a la preparatoria e incluso compró una cafetera nueva, poco a poco va llevando cosas nuevas para hacer suya esa casa o al menos eso quiero creer, entiendo que extrañe la casa de mi abuela pero ya no podíamos seguir en ese lugar.
Durante un largo tiempo vivimos con mi abuela, éramos nosotras tres contra el mundo, hasta que falleció y todos mis tíos comenzaron a salir de sus encierros para reclamar la casa, vendimos nuestra parte y compramos la que ahora es mi hogar.
—Eso es bueno Liv, debemos apoyarla y hacerle saber que puede hacer los cambios que quiera, tal vez así extrañe menos a la Señora Cecilia. —Asiento dándole una sonrisa de agradecimiento.
Ya son las 10:30 así que decidimos pedir la cuenta para dirigirnos al centro comercial, Maya me explicó que necesita un vestido para la boda de su primo a la cual también estoy invitada, es el próximo fin de semana y yo no tengo vestido ni motivación. Maya insiste en que como ella me llevará como su invitada lo menos que puede hacer es comprarme un vestido.
—Olivia, ya te dije que quiero comprar tu vestido, no te avisé para que me dejaras hacerlo, jamás te regalo nada, además es la boda de mi prima, serás mi acompañante y debo de agradecértelo.—Los padres de Maya son los abogados más importantes de la ciudad así que no tienen problema en que su hija gaste dinero a diestra y siniestra, aunque claro, jamás están en casa y por eso esta pequeña mocosa se la pasa conmigo porque según mi casa es más "cálida".
—¿Me dejarás escogerlo?.—Le digo haciendo pucheros. No voy a permitir que ella lo elija.
—Claro que sí, si no lo hiciera no dejarías que lo pagara. —Que inteligente es a veces mi mejor amiga.
Maya se estaciona casi en la entrada del centro comercial y bajamos; vamos recorriendo cada tienda de vestidos que vemos porque nada es lo suficientemente deslumbrante para nosotras. En la que parece la última opción los encontramos, mi vestido es lila, ajustado en la parte de arriba y cae al llegar a la cintura hasta la mitad de mis rodillas, tiene un poco de escote, justo como me gusta y a la patrocinadora le encantó, puedo asegurar que sus ojitos brillaron al verme con él. Que dramática.
Dejo a Maya en la caja provocando que la chica que nos atendió se sonroje con cada palabra que sale de su boca, Maya es todo lo contrario a lo que yo soy, por eso somos mejores amigas. Mi celular suena y al ver la pantalla anunciando el nombre de mi madre salgo de la tienda.
No me doy cuenta de mi camino y casi choco con un puesto de celulares, sí, casi, alguien me jaló del hombro y evitó que eso sucediera, doy la vuelta con toda la vergüenza que pueda caber en mi ser para enfrentar a la persona de la mano sobre mi hombro, me sorprendo al ver unos hermosos ojos café oscuro, ¿En serio corazón? ¿Un desconocido? ¿Ahora te aceleras por un desconocido? ¿Qué hay de nuestros chicos en papel?.
Hola, hola, este es mi segundo capítulo y me emociona cada vez que avanzo en esta historia, espero les esté gustando <3
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¿Por qué no sales del libro?
Novela JuvenilOlivia Cortés es una fanática de la lectura, sueña con tener un amor como los que lee por las madrugadas en su habitación, quiere conocer a alguien que esté dispuesto a todo por su amor. ¿Cuándo tendrá su amor de libro? ¿Alguna vez conocerá a un chi...