Capítulo 3: ¿De dónde saliste?

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Sigo contemplando sus ojos, no puedo decir nada, es como si mis cuerdas vocales hubieran desaparecido, noto como una sonrisa se empieza a formar en sus labios y es cuando encuentro el valor y la fuerza para que algo salga de mi boca.

—Gra-gracias.—¿Acabo de tartamudear? Que vergüenza me doy en estos momentos, me siento como esas protagonistas que todo les da nervios, las amo pero me estresan a la vez.—No he visto por donde iba.

—Eso lo noté pero no es nada, solo ten más cuidado, no suelo ser un héroe todos los días, es solo un hobby.

Eso último lo hizo ver un poco prepotente y a mí no me gusta tratar con esa clase de persona, pero su sonrisa y sus ojos me hacen ignorar esa parte y comienzo a sentir calor en mis mejillas. Nota que me sonrojo y su sonrisa se vuelve aún más grande, vaya, que engreído.

—No hubiera sido tan grave chocar con el aparador, tampoco te creas Spiderman, no iba a caer de un edificio.—Comienza a reírse y se ve jodidamente hermoso ¿De dónde salió este chico?. Recuerdo que mi madre estaba llamando y vuelvo a la realidad.—Bueno, gracias "héroe" —Hago comillas con mis dedos— pero debo irme.

—Por lo menos dime tu nombre, como recompensa al salvar tu vida.

—Lo siento pero si eres un héroe deberías tener más discreción, ya sabes, como todo en incógnita y no le digo mi nombre a cualquiera la verdad. —Dejo al chico que casi me provoca un infarto atrás y llamo a mi madre, Maya ya se tardó dentro de esa tienda.

Me siento en un sillón que hay enfrente de una heladería, llamo a mamá y ella me dice que está en casa, no puedo evitar sonreír al escuchar que llevó pintura para re-decorar su habitación, me da esperanza, quizás esta noche duerma conmigo y por la mañana desayunemos juntas. Veo a Maya caminando hacia mí pero noto como se detiene en seco; siento como la parte vacía del sofá se hunde a mi lado, sé que es él, no es necesario mirarlo, ese olor lo reconozco y es el mismo que descubrí hace unos minutos.

—¿Si te digo que no soy un héroe me dirás tu nombre?— Rompe el silencio así sin más, siento escalofríos al escucharlo tan cerca, su voz es grave.

—Sé que no eres un héroe, eres más como un personaje literario.— Oh no, díganme que solo lo pensé. Me quedo paralizada esperando una reacción y llega, su risita que inmediatamente manda una electricidad por todo mi cuerpo y lo supe, lo había dicho, debe pensar que soy una nerd o algo por el estilo.

—¿Ah si? Dime, ¿Soy escrito por un hombre o una mujer?.— Su pregunta me saca de mi ser.

—Eso aún no lo sé, sería una decepción si no te escribió una mujer.— Ese físico no lo llevaría a ningún lado si no tiene sentimientos cómo los que suelen narrar las mujeres, no digo que haya hombres extraordinarios escribiendo, pero no tienen la esencia de esos personajes que te dejan soñando.

—¿No quieres averiguarlo?— Sí, si quiero, si a todo menos al divorcio. No me tomen por loca, este chico es realmente guapo, es musculoso pero no exagerado, dudo que haga ejercicio, son más de trabajo o de deporte ligero, es alto, me gana por unos cuantos centímetros, tal vez mida entre 1.83 y 1.86, su cara es fina y su mandíbula se marca de una manera que me corta la respiración.

—No sé qué ganaría yo con eso.— No puede ser tan fácil, ni siquiera lo conozco.

—Deduzco que te gusta leer, ya sabes por lo del personaje literario.

—¿A qué viene eso en esta conversación?— Estoy realmente intrigada, no entiendo a qué se refiere, normalmente después de esa pregunta me toman como una burla o piensan que soy rara, la verdad no me importa pero no puede ser que solamos soñar con hombres lectores cuando nosotras somos las raras para el mundo, por eso yo prefiero a mis chicos escritos.

—Podríamos ir a un lugar, estoy seguro que te encantará.— Eso no responde a mi pregunta, no iré a ningún lado con él, podría secuestrarme.

Levanto la vista y veo que Maya nos mira atenta, estoy llegando a pensar que trata de leer nuestros labios o leerme la mente, tiene una cara rara y eso me hace reír ligeramente.

—Oh vaya, ahora te ríes de mí.— Volteó a mi lado y vaya, es más guapo a corta distancia.

Concéntrate.

—No me río de ti, no seas egocéntrico.

—Eso es como pedirme que no sea yo, pero bueno desconocida ¿Qué dices?

—Podrías secuestrarme, no confío en ti, además mi agenda está muy llena estos días.

Mentira, solo vas a leer y mueres por decirle que sí. Que te lleve a donde quiera.

Cállate hadita de la consciencia.

—Eres bastante molesta, no te aguantaría ni un día entero.—¿Entonces por qué me pides que vaya contigo?

—Si soy tan molesta no deberías de estarme pidiendo que salga contigo.— Le digo clavandole mi dedo índice en el hombro, no debí tocarlo, sentí un no sé qué. Él clava sus ojos en los míos y confirmo que son hermosos, sus pestañas son increíblemente perfectas.

—Bien, tal vez solo eres un poco molesta.

Toma mi mano y siento que mi corazón se me va a salir en algún momento, veo a Maya con ojos de "ayúdame" pero está tan concentrada en el chico a mi lado que me ignora por completo, está analizando cada movimiento y comienzo a sentir algo rayando la palma de mi mano.

—¿Qué haces?— Digo mirándolo confundida.

—Dándote mi numero, así cuando no seas tan molesta puedes llamarme.—El aire deja mis pulmones y no sé qué decir, veo su numero en mi mano y él se levanta. −Nos vemos luego desconocida.

Veo como se comienza a alejar.

—Ni siquiera me dijiste cómo te llamas.—Digo casi gritando.

—Tú tampoco lo hiciste, tendrás que averiguarlo cuando aceptes la cita. —Como si la fuera a aceptar.

Maya se acerca corriendo a mí, dice tantas cosas que no entiendo nada, no sé que acaba de pasar, no sé si fue real.

—Olivia, por Dios, ¿Me estás escuchando?

—No.

—Vaya que directa.— Regreso a mi ser al escuchar eso, no sé a qué se refiere.

—¿De qué hablas?

Maya me mira confundida.

—Del chico extremadamente guapo que estaba a tu lado y que al parecer se llevo todo tu raciocinio.

—No sé quién es, no sé de dónde salió, no sé a dónde se fue, no sé nada, solo que está jodidamente guapo.

—Y jodidamente bueno. —Sí, tiene razón, eso jamás lo había notado en un chico, no me interesaba pero con él fue la segunda cosa que pensé.

—Si que lo está.

—Bueno nena, tienes su número, debes llamarlo.

—Lo haré, pero hoy no, mamá está en casa y quiero estar con ella, sin pensar en chicos de libro.

—¿Chicos de libro?.— Maya no lee mucho así que no conoce la verdadera belleza y ni el verdadero amor.

—Él es mi chico del libro, él salió de un libro, estoy segura.—Que cursi sonó eso, pero si lo vieran lo entenderían.

—Vaya, si que estás loca, lo acabas de conocer.

Sé que es él, el chico que pedí en esas madrugadas entre páginas y lágrimas, es por el que estuve esperando, es el que me hará vivir un amor real, es a quien tantas veces le pregunté ¿Por qué no sales del libro?

Ojalá fuéramos como Liv, yo me quedaría callada y dejaría pasar al amor de mi vida. Y como dijo Morat "Mi pesadilla es que pasaste y no te vi" yo si siento que eso me va a pasar, ando en otro universo o ni noto que puede estar coqueteandome alguien.

Espero les haya gustado la aparición del chico misterioso en el tercer capítulo, quién sabe cuándo sabremos de él, ojalá Liv se apure a llamarlo porque a mí casi me se me baja la coca, bueno, bye, les quiero :).

¿Por qué no sales del libro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora