Prólogo

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Una vez más estoy sola un viernes por la noche leyendo en mi habitación, preferí quedarme en casa una vez más, Maya hubiera insistido en que debo de socializar porque ella no se quedará por siempre y menos cuando el año que entra nos iremos a la universidad.

El mundo exterior no me agrada, prefiero adentrarme en historias de amor en papel que intentar vivir una propia ¿o será que ya la estoy viviendo? no les voy a mentir, me encantaría que uno de los personajes que leo salga y se enamore perdidamente de mí para poder gritarle al mundo que el amor existe y así no tener que estar al pendiente de entablar relaciones, quizás con él tengo suerte. Sinceramente, a veces no me creo capaz de tener un amor real, no quiere decir que no crea que soy digna de que alguien me ame, por dios, soy fantástica, en serio, me encantan mis ojos color miel, mi pelo negro y mis largas piernas, debo de admitir que mis curvas no están nada mal y lejos de lo físico sé que puedo querer... bueno, solo he querido a los personajes que leo, son los únicos que me hacen sentir cosas reales y no provocan ese miedo al pensar que me van a lastimar o se van a marchar porque sé que no lo harían; también suelo querer a Maya o quizás es a la única que en realidad he amado, quizás también lo amo a él...

Una notificación interrumpe mis pensamientos. Me quedo en shock al ver quién es.

*Mayi ha enviado una foto*

No quiero verlo, probablemente está en alguna fiesta y sean mensajes dolorosos.

Llega otro mensaje.

"Ayúdame Liv, no sé qué he hecho". Subo un poco y en la foto veo un poco sangre.

─ ¿Qué putas?


¿Por qué no sales del libro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora