Capítulo 9: Cita.

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Estoy caminando hacia la puerta del centro comercial y solo noto que Maya está diciendo algo, estoy muy nerviosa como para prestarle atención en estos momentos, mientras camino siento que el mundo da mil vueltas en menos de un segundo, siento que quiero vomitar, esto pasa cuando estoy muriendo de nervios, no sé si vengo bien vestida, no sé a dónde vamos, no sé qué haremos, no sé si él sabe que la de la cita soy yo, no sé absolutamente nada.

─Olivia, regresa al mundo por favor. ─Por fin puedo entender a Maya, quien está hablando con un tono bastante molesto.

─ ¿Qué dices?

─Qué si tomaste mi cartera, te dije que la agarraras antes de bajar del auto.

─Lo siento no te escuché. ─Mi mejor amiga no dice nada y solo se queja mientras da media vuelta para regresar al auto.

La gente pasa a mi lado y yo sigo quieta mirando a la puerta. Un chico no me puede poner así de nerviosa, no quiero que me lastimen, no quiero ser débil. Tendré que llegar a un acuerdo conmigo misma, claramente yo no salí de ningún libro, nadie escribe mi historia, no estoy segura de tener un final feliz; no demostraré lo que siento por él, aún no, hasta saber qué es lo que quiere conmigo, si es cosa de una noche, ya está, se lo daré.

Oh claro, como si fuera tan fácil para ti.

Cierto, no puedo hacerlo.

Me doy media vuelta dispuesta a irme cuando escucho su voz. Déjame ir, por favor.

─ ¿Tan rápido huyes de mí? Creí que te irías después del café.

Vaya, solo es un café, puedo hacerlo. Sigo sin mirarlo, no tengo la valentía de girar para verlo, aprieto mis ojos, respiro y contesto aun dándole la espalda.

─Maya olvidó algo en el auto e iba a buscarla, no estaba huyendo.

Mentirosa.

─Maya ya está en el cine comprando dulces con Mallory, me dijo que viniera por ti.

¿En qué momento Maya entró? ¿Tan mal estoy? Concéntrate Olivia. Decido darme la vuelta para mirarlo, mis mejillas están ardiendo y aún ni siquiera lo he visto. Presto atención a cómo viene vestido, una camisa blanca con las mangas enrolladas al nivel de sus codos, pantalón casual color beige, tenis blancos, en una de sus muñecas lleva un reloj plateado y una pequeña rosa de papel está en una de sus manos. ¿Es para mí? Siento las mariposas, pero trago e intento que desaparezcan.

─Maya exagera, ni siquiera pasó por aquí.

Se acerca y extiende la rosa hacia mí tímidamente.

─Es para ti, espero que no sea demasiado, no sé es...

─Me gusta, muchas gracias. ─Lo interrumpo mientras tomo la rosa y le regalo una sonrisa.

Noto cómo sus mejillas están ligeramente rojas y eso me hace sonreír estúpidamente.

─Bueno, ¿entramos? ─ rompo el silencio porque él está quieto y noto su nerviosismo.

─Claro, ¿está bien un café? Así podemos hablar, conocernos. Si prefieres entrar al cine con ellas está bien, tú decides.

De cierta manera me gusta que ya tenga pensado lo que vamos a hacer, no me gusta los que dicen que no tienen planes y pasamos horas decidiéndolo. Ya estamos dentro y digo.

─El café me parece un plan perfecto.

Sonríe y lo hace de una manera que de alguna forma me encanta. Entramos a la cafetería y veo que observa con duda hasta que suelta.

¿Por qué no sales del libro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora