CAPÍTULO 9

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3 años antes...

Cárter

Alhambra es una ciudad ubicada en el condado de los Ángeles. Cárter estaba sentando en un sillón desgastado de color grisáceo.Releía con recelo un mensaje en su smartphone, repleto de roturas en la pantalla y una batería que no duraba mas de una hora.

       —No sé qué hacer—miraba al techo y seguidamente a su móvil.

Había sido seleccionado para presentarse a una prueba en los laboratorios PrimaCell.

Deja el móvil en el sillón, se levanta directo a la nevera y la abre. Apenas tenía un cartón de leche, varias pastillas de colores alimenticias y una docena de huevos.Cierra la puerta de mala gana.

Dirige su mirada a una esquina polvorienta con piezas de coches que había robado hace dos meses.Tenía la intención de venderlo y ganar un dinero extra pero al perder a Sofía en un tiroteo contra esos policías androides.Su vida había perdido sentido.

Intentaba perdonarse pero no podía todavía le dolía la muerte de Sofía. Sobre todo cuando está solo, intenta engañarse de seguir adelante pero no servía de nada porque no había nadie que llenara ese vacío.

Recoge las piezas con las dos manos.

      —Pequeña, te juro que voy a salir de esta mierda—sus lágrimas caían sin descanso por su cara.Se limpian las lágrimas con el puño del jersey.

Sale de su casa y tira las piezas a la basura y vuelve a entrar.

Coge el móvil del sillón.

       —A la mierda, necesito el dinero— Acepta la solicitud con su pulgar.

Rellena sus datos personales.Una vez finalizado se mete en la galería de fotos y abre su favorita. Una foto desenfocada y movida. Sofia encima de las sábanas después de una noche sin dormir. Despeinada con un moño alto y algunos de sus mechones sueltos de color castaño alrededor de su cara perfilada. Con los ojos cerrados y sonriendo a cámara. Sofía era de esas personas que cuando se reía te contagia su risa y no existía nadie más alrededor. Era solamente ella y su risa inundando la habitación. 


Alec y Fred

Al oeste de Seattle en un pequeño pueblo llamado Port Townsend vivían los hermanos Wilson. Tras una jornada dura de trabajo los hermanos se reunían en su lugar favorito del pueblo, un pequeño muelle donde contemplaban las vistas y el mar.

      —¿Cómo ha ido el día?— le pregunta Fred a su hermano.

      —Cansado de vivir así— bufa ¿y tú?—le mira como si se mirase en un espejo.

      —He tenido días mejores— tuerce los labios con una media sonrisa.

      —¿Cuáles?—Alec ironizó.

      —Los días de Universidad— al oír la palabra Universidad, se echan a reír a carcajadas.

Una llamada de su madre les devuelve a la realidad.

     — Vale, sí, ya vamos— Fred contesta con respuestas cortas y con tono serio.

     —¿Pasa algo?— se preocupa Alec.

     —Es mamá , dice que volvamos a casa que tiene algo importante que decirnos.

Los hermanos vuelven a su casa pero no llegan a entrar porque ven a su madre en la puerta con dos maletas.

     —¿A dónde te vas?— pregunta Fred señalando las maletas.

     —Me voy— contesta tajante la madre.

LA NUEVA ERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora