-03-

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Ya siendo de mañana, un castaño se levanta con lentitud de la cama para no despertar a la persona que aún sigue durmiendo. Si-U se pone las pantuflas que ha tomado nuevas del baño y se las pone para enseguida caminar hacia este.

Llegando allí, hace sus necesidades y posteriormente lava sus manos para después hacer lo mismo con sus dientes y rostro. Cuando ya ha secado su cara, vuelve a salir, pero esta vez dirección a la primera planta, aunque aún es temprano, reconoce que no podrá dormir más, visto que su cuerpo ya se acostumbró a levantarse a una hora temprana.

Baja el castaño las escaleras en forma de círculo, se fija un poco alrededor, la noche anterior no tuvo la oportunidad de hacerlo por su nerviosismo y casi ataque de pánico. No obstante, en ese momento, en que lo hace, realiza lo bonito del lugar. Sus pies se mueven por sí solos, llega a un punto en donde la TV está pegada a la pared.

—Que bonito.— Murmura para él

Si-U camina un poco más y puede visualizar que, el sitio en donde se ve la televisión y un pequeño pasillo, se conectan ambos para llegar a lo que está seguro es la sala. Prosiguiendo su caminata, el castaño puede observar un pequeño camino a su lado, lleno de agua con peces de varios colores.

Un ruido de agua cayendo logra desconcentrarle de los pequeños peces que nadan tranquilamente y viendo hacia un lado, se da cuenta de la cascada que también hay en el sitio. Sigue caminando por un largo tiempo, ya no sabe por cuánto lo ha hecho, pero lo que de sí está seguro, es que le ha llevado tiempo el recorrido y aún falta el área de arriba.

En la planta baja hay de todo un poco: baños, recámaras tanto grandes como medianas, salones con instrumentos musicales, otro lleno de videojuegos, etc. La casa es tan grande y blanca, pero todo está a oscuras a pesar de que está casi por completa hecha a base de vidrio.

Todo se puede ver desde adentro y Si-U espera que no pueda ser lo mismo del lado contrario. Y aunque el color no varía entre el Penthouse y la residencia, lo cierto es que, aquella en donde está, está mucho más amoblada y grande. En el momento en que ya está en la grandísima cocina que podría decir que es del grande de toda la casa de sus padres, Si-U busca entre las gavetas algo para desayunar.

Sus brazos quedan estirados, no logrando abrir la próxima gaveta, al escuchar unos pasos, girándose sobre su propio eje, visualiza a una mujer de aproximadamente unos 50 y tantos de años con un uniforme, que está seguro es de ama de llaves.

—Buenos días, señor Park.— Saluda la mujer con voz cálida

—B-Buenos días.— Responde con una respetuosa reverencia

—Aigo.*— Se acerca la mujer —Que lindo eres muchacho.—

Le toma de los cachetes sin importarle los pequeños quejidos que salen de la boca contraria.

—Deberías soltarlo, Ha-Neul.— Habla una voz desde la puerta que da paso a la cocina —No seas tan confianzuda.—

—Buenos días a ti también, hija.— Dice, soltando las rojas mejillas del joven

Lee Ha-Neul, una mujer de 55 años, aunque en su apariencia no se note, ha vivido con la familia Park desde que llegó a Seúl, siendo eso ya 25 años atrás. Una estatura baja y cuerpo saludable es la apariencia de la mujer, con sus cabellos con algunas canas, pero no se le ven mal. Piel un poco morena y manos pequeñas.

Yvette chasquea su lengua con resignación, su nana realmente es una mujer confianzuda y risueña, la única que logra soportar. Terminando por completo de entrar a la cocina, Park se sienta en una silla de las muchas que hay en la barra de cocina. Toma una botella entre las que se encuentran en el lugar y la lleva a su boca, bebiéndola por largos segundos hasta dejarla casi a la mitad.

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora