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La vibración de un aparato, es lo que logra que una pelinegra abra sus ojos.

Yvette se levanta, apartando, como es costumbre, el delgado cuerpo que se aferra a ella.

Es su padre quien la llama y está segura del motivo. Con su mano libre soba sus ojos, entretanto que con la otra lleva el celular a su oreja.

-¿Qué pasa?- Es lo que Yvette dice

-Necesito hablar contigo sobre lo del contrato de tu arreglado matrimonio.- Informa Jung-Su

-¿Cuándo?-

-Hoy, esta noche tengo libre.-

-Estaré ahí, antes de las ocho y media.-

Yvette escucha la afirmación de su padre y cuelga luego la llamada. Se gira, viendo que su esposo sigue durmiendo, esta vez boca abajo y con los brazos metidos por debajo de la almohada.

Encaminando ella al baño, hace su matutina rutina y sale luego de la habitación. Camina con la tranquilidad que siempre la categoriza, sabiendo muy bien que nadie, aparte de ellos, está en casa.

Lee Ha-Neul sale los fines de semana con un grupo de adultas mujeres para hacer senderismo.

Kim Kwang, tiene los fines de semana libres últimamente.

Llegando Yvette a la cocina, prepara el desayuno para su pequeño esposo. Ella no come nada, su estómago se siente apretado y desconoce el motivo.

Vuelve de nuevo a la recámara con una charola en sus manos, el desayuno es sencillo, pero nutritivo, lo único que le costó un poco comprender cómo hacer, fue el chocolate con leche que le gusta al menor.

Apenas y está tibia la taza de chocolate, dejando que el chocolate en polvo no esté disuelto por completo, sino con pequeños grumos de este en la superficie.

Si-U prosigue en la misma posición, dejando la pelinegra, la charola a un lado, le da un suave mordisco al hombro expuesto.

-Mhm...- Es el sonido de la garganta de Si-U -Noona.-

La voz matutina del joven es totalmente diferente a la usual, una combinación que le gusta mucho a Yvette.

-Levántate.-

La mujer mete una mano por debajo de la camisa de su esposo.

-Desayuna algo.- Si-U voltea el rostro hasta dejarlo en dirección a ella -No sé si te gustará, pero aun así comételo.-

Y aunque es la primera vez que la mayor cocina para él especialmente, inclusive si no supiera bien, diría Si-U que es el mejor desayuno que ha comido.

Sin embargo, no es necesario que mienta, porque el desayuno que degusta con sonidos saliendo de su garganta. Dan a conocer que realmente está bien lo que ella ha preparado.

-Mastica más lento.- Yvette lo riñe

Ella lo mira con sus delgadas cejas fruncidas.

-Está muy rico.-

Sus mejillas están llenas, dificultándole el habla, haciéndole recordar a Yvette la vez en donde estaba de igual forma, con las mejillas llenas y ella lo comparó a un pequeño hámster.

-Muchas gracias.- Si-U la hace volver a la realidad -¿Usted también desayunó?-

En ese momento, en donde ya ha terminado, se cuestiona el menor si el desayuno era para ambos.

-No.- Yvette contempla al castaño abrir la boca -Tampoco tengo hambre, así que no te preocupes.-

-Pero...- El menor ladea su cabeza -No es bueno saltarse el desayuno.-

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora