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Kim Chung-Ho era un joven de apenas 17 años cuando Yvette lo conoció.

Cuando sus ojos por primera vez vieron a aquel joven, algo en su frío corazón se removió.

Ella lo había nominado para ella.

"Lo quiero."

Fue lo que se dijo en su intelecto esa vez, le había llamado la atención, era un joven alto, cuerpo atlético y de mirada gatuna. Su sonrisa provocaba que sus pequeños ojos se cerrarán en el acto y aquello a Yvette le removía el estómago.

Para ella, él fue su primer amor, su primera vez y también el primer ser por quien lloró.

En aquel entonces, Park Yvette era más amable, podía tratar a la gente con serenidad, sin embargo, de eso no pasaba a más. Su único amigo era Dong-Yul, y cuando aquel pelinegro igual a ella le había dicho un sí.

Entonces, desde ahí, no fue únicamente Yul su amigo, sino también Kim Chung-Ho.

Él fue su amigo.

Su novio.

Y la persona quien le enseñó el significado de perder a alguien.

Aquel dolor que pudo ser partícipe de conocer, aquella melancolía de la cual pudo también ella participar, deseó desde lo más profundo de su corazón no volverlo a experimentar.

Sin embargo, la vida parecía que no estaba de acuerdo con ella.

Chung-Ho había sido trasladado a la escuela de Yvette, era su último año para finalizar.

La pelinegra jamás supo la razón por aquella transferencia y tampoco quiso profundizar en saber cuando Kim no le quiso responder.

Después de varios meses intentando conocerse, fue Yvette quien dio el primer paso en confesarse. La timidez del contrario apenas y le permitía expresarse correctamente, aunque después del tiempo todo aquello quedó en segundo plano y se volvió alguien seguro de sí mismo.

Únicamente con ella, por supuesto...

-Toma.- Le dijo Yvette en aquella azotea del colegio

Ese lugar era el favorito de ambos, no se escuchaba ningún ruido aparte del de los pájaros en la primavera y sus voces al momento de hablar.

-¿Por qué me estás dando esto?-

-¿Por qué más?- Replicó ella

Era una costumbre darle el pequeño carnet que contenía el nombre escrito ahí a algún chico o chica que un o una estudiante le gustara. Con aquello, hacían la muda pregunta de si querían salir juntos.

En pocas palabras, tener una relación amorosa.

Chung-Ho la observó a través de sus redondos lentes. Él desconocía por completo que sus sentimientos podrían ser correspondidos, porque la chica que esperaba una respuesta impacientemente nunca había mostrado indicios de que le gustara.

-¿T-te gusto?- Le hizo una pregunta que Yvette encontró innecesaria

-Crees que si no me gustaras, te estarían diciendo en pocas palabras que quiero ser tuya.- Apuntó ella el carné que tenía el contrario en las manos

Porque si, en pocas palabras, aquel carné dado al chico contrario quería decir aquello. Y si él le respondía dándole su propio carné, entonces le estaría respondiendo un famoso:

"Sí, yo también quiero ser tuyo."

Kim sonrío logrando que sus ojos se perdieran en el acto, Yvette no fue consciente de la transparente y brillosa mirada que le dio por su sonrisa.

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora