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Una despedida, de aquellas que tanto odia Si-U. Ha llegado el día, en el que aquel correcto matrimonio, debe dejarse ir por un tiempo.

Si-U mantiene su mirada hacia el jardín, tragando grueso por la mirada que no se ha despegado de él.

No le causa incomodidad, al contrario, su cuerpo sigue reaccionando a ella. Pero su mente no le permite acercarse a la mayor y dejarse tocar.

-Yo iré con ustedes.- Yvette quita la mirada del castaño -Si no te incomoda.-

Si-U niega con su cabeza, odia a su mente por estar haciéndole pasar por aquella situación. Su Noona no le ha hecho nada, pero ningún toque que dure mucho tiempo, le agrada.

No por él, sino más bien porque siente que no merece ser él tocado al estar sucio.

-Entra.- Ella abre la puerta para él

-Gracias.-

Si-U se muerde el labio superior, hay momentos en donde no se acostumbra a ese acto de la contraria.

Mi-Suk da una sonrisa pequeña cuando repara en las mejillas de su hijo. A simple vista se podría decir que es incorrecto aquello, pero para ella, encuentra curioso aquel acto por parte de la pelinegra.

-Entre usted también, señora Mi-Suk.-

Yvette cierra la puerta del auto y se adentra al lado copiloto, viendo que los pasajeros traseros tienen los cinturones, le da la orden a Kim de conducir.

Lo único que interrumpe el silencio que hay en el auto, es la radio. El matrimonio Park mira por la ventanilla de sus puestos hacia el exterior.

Mi-Suk mantiene aferrada la mano de su hijo con la de ella. Sintiendo la humedad de esta y observa la constancia en que él limpia la otra en el pantalón.

Las cosas de Mi-Suk como de Si-U ya han sido trasladadas al departamento.

El castaño oscuro ha empezado sus secciones con el psicólogo, al principio se había intimidado cuando supo que era un hombre adulto.

Pero cuando fue Yvette quien dijo que lo cambiarían por alguien más joven, Si-U respiró.

-Creo que estoy empezando a sentirme intimidado por los hombres adultos.-

Esas habían sido sus primeras palabras el primer día de su cita.

-Es tonto porque son hombres al igual que yo, pero siento que me harán lo mismo que mi padre...-

-No es tonto, tu mente te hace creer que aquellos adultos hombres son tu padre.-

Pero aun así le costaba hacerle entender a su mente ello, que ninguno le intentaría hacer lo mismo que su progenitor intentó.

Si-U suelta un suspiro cuando repara en que la velocidad del auto disminuye. Su mente piensa demasiado, en el pasado, en lo que hizo, en lo que está haciendo. Y sobre todo, en sí lo logrará.

-Muchas gracias Señorita Park, por todo.- Mi-Suk da una reverencia -Ha sido de gran ayuda.-

Yvette se dispone a asentir con su cabeza, sin decir nada más. Observa ella al castaño, poniéndolo nervioso sin saberlo.

Park menor trata de mirar hacia los lados, viéndose torpe al querer huir de aquella mirada contraria.

"Sigue siendo un niño."

Una sonrisa ladina sale de Yvette al reflexionar aquello. Su esposo tiene 21 años y ella lo sigue comparando con un niño, por los actos del menor.

-Disfruten de su nuevo hogar.- Kim desea -Espero te recuperes pronto, Si-U.-

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora