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Han Mi-Suk se ha vuelto una madre sobre protectora con su hijo Si-U. No está de acuerdo en como él vive junto a Yvette.

Desde ese día en que lo vio llorar con amargura y luego ser arrastrado al despecho de la otra. Desde ese día, ella se ha vuelto alguien sobre protectora con su Si-U.

No permitirá de que él pase por lo mismo que pasó ella, y todo por amor. Ella podrá darle el amor que no le dio antes y también, llenar el vacío que dejará cuando su menor se separe de la otra.

Porque para Han Mi-Suk, su hijo Si-U se separará por completo cuando él se divorcie.

Está agradecida con lo que la pelinegra ha hecho con ella, pero su lado maternal no le permite hacerse de vista gorda cuando su pequeño hijo no es valorado como debería.

Aunque no lo diga en voz alta, Han Mi-Suk se arrepiente de haberle expresado a Yvette que cuidara de su hijo, cuando la otra no tiene una personalidad buena.

Llegando Mi-Suk a la sala en donde se halla su hijo, ella deja un bol de frutas y le sonríe al contrario.

-Gracias mamá.- Si-U le da una sonrisa completa

Él siente ese amor que nunca llegó a obtener de sus padres, ahora que logra tenerlo por parte de su progenitora, puede sentir calidez en su corazón.

Sabe Si-U que su madre no está de acuerdo a como su matrimonio está basado. También ha tenido que soportar los regaños que ella le da, por mostrarse tan suave con la pelinegra.

Pero para él aquello es normal, no puede ser alguien que no es y no quiere llegar a ser alguien que sinceramente tampoco es, pese a que lo ha estado intentado.

-¿Tu esposa a que horas llega hoy?-

-Mm, no lo sé.- Dice mirando la hora en su celular -Debería de haber llegado ya.- Se extraña él

Son pasadas de la hora en que su Noona suele llegar. El frío cada vez se vuelve más insoportable para él.

Las carreteras son peligrosas, producto de la abundante nieve que ha estado cayendo en ese mes de febrero.

-¿Qué quieres hacer para tus cumpleaños, cariño?- La mujer le acaricia el cabello -Ya se acerca tu día.-

Si-U se encoge en su sitio por un segundo, aún no se acostumbra a esa suavidad de su madre, pese a que le gusta como le habla.

-No lo sé.- Carraspea -No lo he pensado, tal vez me quedé aquí en casa.-

-Podemos salir.- Le propone ella

-Mm.- Él le da una sonrisa pequeña

Park menor ubica sus iris en la pantalla de su celular cuando está alumbra. El apodo que tiene para su esposa, es lo que sale como llamada entrante.

-Hola...-

-Cariño.- Murmura bajamente Yvette

-¿Si?- Si-U se aleja de la presencia de su progenitora -¿Ocurre algo?-

-Llegaré un poco tarde, espero hayas cenado ya.-

-Estaba esperando mientras hacía una tarea.- Se muerde los labios -¿A qué horas llegará?-

Ruidos en la línea hacen que Si-U apriete más el celular en su mano.

-¿Todo está bien?- Empieza a sentirse preocupado -¿Dónde está usted?-

-Estoy...- Yvette carraspea -En el hospital, debí venir porque-

-¿¡Que!?-

Han Mi-Suk llega hasta donde se encuentra su hijo, preguntando sin llegar a soltar un solo sonido de sus labios, que pasa.

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora