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Es la constancia de un aparato vibrando que hace a Si-U quejarse por lo bajo. Su cabeza deja de estar recostada en el pecho de la pelinegra.

Se levanta por completo al instante en que realiza que es de mañana y que el celular que vibra en la mesa es el de él.

-Mierda.- Sisea por lo bajo -¿Hola?-

Si-U retiene la respiración cuando contesta.

-Hijo.- Es su madre quien lo ha llamado -¿Estás bien? No viniste a dormir y no me enviaste un mensaje tampoco.-

-Si, yo estoy bien. Me quedé dormido, lo siento. Estaré ahí en unos minutos.-

El castaño habla con rapidez, se despide de su progenitora cuando recibe una contestación de la parte de ella.

Vistiéndose con las prendas de su ropa, que se mantienen aún tiradas en el piso, Si-U se las pone con apresuramiento.

-¿A dónde crees que vas?- Ella lo toma de la muñeca -¿Sucede algo? No tienes cita hoy.-

Yvette se extraña por lo apresurado que se vio su esposo.

-Debo regresar a casa.- Dice él

-¿A casa?- Ladea su cabeza -¿Lo harás hoy? Podemos quedarnos aquí por unas semanas, en lugar de ir a la mansión.-

-Debo ir a casa con mamá.- Siente él como la otra lo suelta de repente -No le avisé de que me quedaría aquí.-

Si-U contempla la distinta expresión facial que ahora posee su esposa, la ve asentir y como se muerde la mejilla.

-¿Acaso soy yo la que ha entendido mal?- Yvette sonríe por lo bajo

Los iris de la pelinegra observan el rostro de Si-U con seriedad. Que él se haya levantado tan apresurado, solo porque no le aviso a Mi-Suk de que no regresaría, le causa entre confusión y enojo por igual.

-Estás casado, ¿se te olvida?- Habla luego de unos minutos -No es necesario que le pidas permiso ni que corras solo porque se ha quedado sola.-

Ambos quedan frente a frente, al Yvette haberse parado. Si-U carraspea bajamente, mira por unos cortos segundos a la pelinegra y luego baja la cabeza.

-Aún vivo con ella.- Susurra -Y, bueno, aún no le he dicho que he decidido irme a vivir de nuevo con usted.-

Posiblemente, sus palabras no fueron muy bien formuladas, las cejas de ella se fruncen más de lo normal para luego apretarse el puente de la nariz.

-Entonces vete.-

Yvette se marcha hacia la segunda planta, dejando a un castaño con la palabra en la boca y no entendiendo muy bien lo que hizo mal, para que ella se haya enojado.

Si-U se marcha del Penthouse de la pelinegra, el tener el auto le facilita mucho las cosas. Conduce con cuidado, sintiendo una pequeña sensación de tristeza por aquella no tal bonita conversación con la mayor entre ambos.

Al momento de llegar a la puerta del apartamento que Yvette compró para la señora Mi-Suk, el castaño da un suave suspiro y pone la contraseña para luego abrir la puerta.

-Mamá.- Si-U eleva la voz para obtener la atención de la mujer -He llegado.-

-Siéntate.- Mi-Suk se deja ver con un delantal -Estoy preparando el desayuno.- Sonríe la mujer

Yéndose a asear primero, y vistiéndose todo de negro, Si-U vuelve a la sala en donde la mesa ya está servida y con su madre también sentada.

-Debo hablar contigo.- Mi-Suk dice

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora