-08-

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Para Si-U algunas cosas no tenían sentido alguno, no quiere ni tampoco soporta más no estar al margen de todo lo que a su alrededor pasa sin que él esté al tanto.

Por eso, tomó la decisión de pedir que lo llevasen a la vivienda del señor Park.

Ahí está, con sus manos sudando un poco, no obstante, con ganas de saber el real motivo por el cual tanto él como su mayor se casaron.

Espera paciente a que abran la gran puerta de madera para poder entrar a aquella gran mansión que, viéndola bien, es un poco más grande que en donde él vive.

—Muchacho.— Habla el señor Park sacándole de su concentración

—Buenas tardes.— Da una formal reverencia

—¿Qué te trae por aquí?— Pregunta Jung-Su con una mirada seria —Pasa, no te quedes allí parado.—

Ambos entran, el más joven detrás del dueño de la casa, lo sigue sin decir nada.

—Ahora sí...— Habla cuando están en su despacho —¿Qué necesitas?—

—Yo...— No encuentra las palabras necesarias

—Tomate tu tiempo, no hay prisa.—

Aun si las palabras han salido calmadamente, el castaño no logra tranquilizarse, los nervios lo tienen sudando un poco. La mirada que el mayor le da a su persona es casi igual a la de su esposa.

Si-U relame sus delgados labios y traga grueso, su garganta se siente seca de repente.

—E-El día lunes, Yvette Noona llegó a casa...—

El cuerpo de Jung-Su se tensa.

—Ella estaba enojada, me dijo algunas cosas que n-no entiendo.— Si-U lo observa unos segundos —Así que v-vine hasta aquí, para pedirle que me explique.—

—¿Explicarte qué?— Su voz suena más grave de lo usual

El castaño se remueve incómodo, ambos, padre-hija, tienen una aura tan pesada que es imposible aguantarles la mirada.

—N-No lo sé.— Carraspea rápidamente —Mm... Ella habló de un dinero que mis padres y yo habíamos aceptado para que yo me casase con ella, pero le juro que no es verdad.—

—Tus padres lo aceptaron.— Confiesa el hombre como si nada —Cuando hicimos el contrato para que tú te casaras con mi hija, aún eras menor de edad.—

Aquello que escucha el ojicafé, le hace empuñar sus manos.

Lo han comprado cómo un objeto.

—¿Q-Qué dice?—

Jung-Su se endereza en su silla y toma una postura más seria, logrando intimidar al más joven.

—Aquello sucedió hace un tiempo atrás. Yo estaba de vacaciones y encontré el puesto de fresas de tu madre mientras caminaba...—

Jung-Su trata de explicarle al muchacho que se nota ido.

—Desde allí comencé a frecuentar más su negocio y ella me habló de ti.—

Si-U baja su cabeza sin dejar de escuchar la voz del señor Park.

—Después te conocí junto a tu padre, yo hablé con ellos, les dije que tenía una hija, y que necesitaba casarla para que pudiese estar al mando de mi empresa.—

El menor alza la cabeza para mirar al adulto hombre.

—Ellos habían dicho que si podían ayudar, lo harían.—

Park mayor observa las facciones de Si-U, no obteniendo nada que conmoción por parte del muchacho.

—Yo les propuse que tú y mi hija contrajesen matrimonio y yo les daría, a tus padres claro, una gran cantidad de dinero.—

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora