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Decir que está cómoda con la situación, sería mentir. El sofocante silencio que hay en su auto, le desagrada.

Yvette da leves miradas a la madre de su esposo, la cual se localiza en los asientos traseros, su conducir es calmado. No queriendo que la contraria se queje por nada.

-Señora Han.- Yvette rompe el silencio -¿Va a tomar represalia contra su esposo?-

La mencionada le da una mirada tímida, la joven empresaria aprieta sus manos con fuerza en el volante.

-No es necesario que se comporte de esa manera.- Le dice ella -Puede seguir actuando como antes.-

-Esa no era yo.- Murmura Han -Es la personalidad que adopto para la sociedad.-

Park se da de cuenta de que la verdadera personalidad de Mi-Suk es una copia exacta de Si-U.

-¿Entonces?-

-No estoy segura.- Niega la mayor entre ambas -Pero lo que sí quiero es divorciarme.-

-Entiendo.-

El silencio vuelve a reinar, y la pelinegra agradece de que no faltan sino algunas cuadras para llegar a su destino.

Ha mantenido ella informada de la salud de la adulta mujer a Park menor, el joven suele llamarla casi siempre y se pasa horas hablando con Mi-Suk.

-Por favor cuide bien de mi hijo.- Pide con suavidad Mi-Suk -Él se ve bien a su lado.-

-Soy una mierda de persona, señora Han.- Ella detiene su auto -¿Cree usted que Si-U merece personas como nosotros a su alrededor?-

Viendo detenidamente aquellas facciones contrarias, Park Yvette contempla lo bonita que es la madre de su esposo. Esos grandes y expresivos ojos la hacen ver como una muñeca.

-No se merece personas como nosotros.- Murmura Han apartando la mirada

-¿Ve? Usted misma lo acepta.- Yvette sigue viéndola con profundidad -¿Entonces, por qué me está pidiendo que lo cuide?-

-Porque nadie ha sabido protegerlo mejor que usted.- Confiesa -Si-U sonríe lindamente, gracias a usted.-

Yvette no dice nada, se adentra a su mansión cuando abre el portón desde su auto.

Es Kim quien ayuda a bajar a la señora Han, y Ha-Neul es quien la arregla en una silla de ruedas.

-Iré por Si-U.- Le hace saber la pelinegra a Kim -No tardaré.-

-Por supuesto.-

Park Yvette vuelve a ubicarse en su auto para emprender camino a la universidad de su esposo.

Los días para la joven empresaria no fueron muy cómodos, estar al pendiente de la madre del castaño y mantenerse al margen del paradero del señor Han, la han tenido en constante tensión.

Han Yeong no se ha dejado ver, ni en la casa de Busan, ni tampoco en el hospital. Llamadas de él hacia Mi-Suk jamás llegaron al celular de la mujer, y aquello ha hecho que Yvette mantenga su mente ocupada.

-Totalmente Diferentes- EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora