CAPITULO 27

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Steven

La imagen de Amara encima de mi, continua clavada en mi mente, el poder ver sus ojos, sus gestos sin esa máscara logro enamorarme aún más de ella.

La forma es que se movía, y pedía más, la sensación de tener sus uñas en mi piel provoca querer volver a la habitación y estar dentro de ella otra vez.

Mis pensamientos se ven interrumpidos al escuchar la voz de Abi llamándome con tanta insistencia.

-Papá, te estoy hablando, hazme caso- sus ojos verdes me observan con tanta intensidad que aún no me la creo tener dos mini versiones de mi.

–Lo siento princesa, estaba recordando unas cosas– mis ojos buscan a amara y sus mejillas se enrojecen.

–¿Que cosas papá?– ambos voltean a verme luciendo extremadamente curiosos.

Busco a su madre con la esperanza de que me ayude y niego sonriendo burlona.

–Si Steven, ¿En que estabas pensando?– entre cierto los ojos y su sonrisa crece aún más.

–Bueno, ya mero es Navidad, y mis padres harán una fiesta y quería ver si les gustaría ir– ambos asienten emocionados.

–Tambien irá mamá con nosotros?– asiento evitando la mirada letal de Amara.

–Por supuesto, su madre fue la primera en saber y está muy emocionada de ir, solo me faltaba preguntarles a ustedes– ambos sonríen y siguen comiendo.

Al terminar ambos se dirigen a su habitación por sus cosas dejándome a solas con su madre.

–Eso es trampa, que tal si ya no quiero ir a la cena– sus ojos grises me miran desafiante.

–Lastima, eso pasa por no ayudarme, no les iba a decir a nuestros hijos que pensaba en ti y lo que pasó en la habitación– sus mejillas enrojecen y aparta la mirada.

–No puedo creerlo, estando con tus hijos y pensando en eso– mis manos tocan si cintura acercándola más a mi.

–Que te puedo decir, esperaba estar así contigo, no puedes culparme por eso– sus manos se dirigen a mi cuello dejando leves masajes.

–Bueno señor alegría, vamos que se nos hará tarde– deja un pequeño beso en mis labios y se aleja hacia la habitación de los niños.

Escucho las risas de mis hijos y la voz de amara acercarse, una vez listos nos dirigimos al auto hacia el parque de atracciones.

El transcurso del camino fue demasiado divertido ya que, dicho lugar se encuentra a hora y media del departamento de ellos, Amara se encargaba de poner la música y los pequeños se dedicaban a jugar y bailar.

Al llegar nos dirigimos a la entrada, los boletos los encargue desde ayer así que fue más sencillo entrar sin tener que hacer fila.

–Mamá, mira esta enorme– Abi miraba todo con asombro.

–Asi es, es demasiado grande este lugar–

–Bueno, no solo es un parque de diversiones, al fondo se encuentra una puerta más que da hacia un zoológico, es por eso que el lugar esta grande– ambos me miran con los ojos abiertos.

–No sabía de este parque– alzó los hombros restándole importancia.

–Vamos primero con los animales, después no subimos a algún juego– asienten tomándome de la mano para empezar a caminar.

Antes de poder pasar la puerta, la voz de una mujer nos hace voltear a los cuatro.

–Disculpen, primero tienen que llenar un pequeño formulario, y bueno pueden elegir si ustedes quieren ir solos o se les pone una guía– asiento regalandole una sonrisa.

El Regalo De Una Noche (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora