CAPITULO 28

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Steven

Después de esa extraña plática con Amara y que nuestros hijos nos llamarán la atención seguimos con el recorrido con los animales.

Durante todo el camino veía a Amara reír junto con los niños, las pequeñas voces de Liam y Abi junto con sus risas eran melodías para mis oídos.

–Papá, no estás escuchando– la voz de Liam me saca de mis pensamientos.

–Si te escuché, estoy prestando atención– me mira con los ojos entre cerrados frunciendo el ceño.

–Bueno, tu estabas diciendo que fuéramos a los juegos– frunce aún más el ceño y cruza sus brazos en su pecho.

–No me estás escuchando papá– bufa y se va indignado con su hermana.

Escucho la risa mal disimulada de Amara y alzó una ceja confundido.

–No puedes negar que es tu hijo– menciona sentándose a mi lado.

–No lo niego, me causa risa como quiere lucir malo, y es todo lo contrario– asiente dándome la razón.

–Vamos a buscar que comer, los niños tienen hambre, eso es lo que te quería decir Liam.

Asiento levantándome y llamamos a los niños empezando a caminar hacia un lugar de comida que había visto en el recorrido.

Llegamos al local buscando un lugar para cuatro, una vez sentados comenzados a pedir la comida.

–Para los niños espagueti con nuggets de pollo y jugo de naranja– el chico asiente anotando el pedido.

–A mi me trae pechuga empanizada con ensalada y jugo de naranja– volteo a ver a los niños que se encuentran jugando con los peluches.

–Me puede traer unos chilaquiles y una agua de mango– veo al chico asentir y retirarse.

–Y después que hacemos, tenemos que esperarnos para subir a los juegos– le mencionó a Amara mientras los niños siguen jugando.

–La chica me comentó que se hará un show de delfines en un rato más, podemos llevar a los niños y así hacemos tiempo para que se les baje la comida y suban a los juegos– asiento y la miro con una sonrisa burlona.

–Asi que al final de cuentas te hiciste amiga de la chica, y mira que al principio querías arrancarle la cabeza– entrecierra los ojos y suelta un bufido.

–Por supuesto que no, yo no quería hacerle nada a la chica– suelto una risa y cruza sus brazos en su pecho.

–Claro que si, hasta Abi estaba molesta por lo mismo– mencionó recargandome en la silla y le regaló una sonrisa divertida.

–Es digna hija tuya, además no recuerdo de que estás hablando si yo soy muy linda– voltea a otro lado y mi sonrisa crece más.

–Por supuesto que es mi hija, pero también es tuya y no lo niego eres linda pero ya haré que te acuerdes– mencionó volteando hacia Abi. –Princesa me podrías decir la razón de tu molestia cuando empezamos con el recorrido de los animales– frunce su ceño y asiente.

–Mamá dijo que la señorita andaba de coqueta contigo, me dijo que tenía que hacerme la indignada para que nos hicieras caso a nosotras– una sonrisa triunfal sale de mi rostro y Amara voltea hacia nuestra hija.

–Abi, no tenías porque decir eso– mi hija la mira con curiosidad y voltea a verme a mi.

–Nunca me dijiste que no le dijera a papá, ¿Porque, hice algo mal?– negamos al mismo tiempo y alza los hombros volteando con su hermano nuevamente.

–Ahora si lo recuerdas– rueda los ojos divertida.

–Eres un tramposo– menciona y antes de poder decir algo la comida llega.

Durante la comida los niños hacen sonido como los animales que tiene de peluche logrando que nos riamos constantemente.

Al terminar pagamos y nos dirigimos al show que mencionó Amara. Al llegar pagamos las entradas y ambos iban saltando de alegría.

Después de 15 minutos el acto empezó con dos delfines saliendo de agua haciendo piruetas que tenían a Liam y Abi riendo y gritando, los señores encargado les aventaban comida logrando que estos salieran del agua y dieran vueltas en el aire. 45 minutos después se encontraban los delfines y la personas frente a la gente dando gracias por haber asistido.

Al salir ambos iban más emocionados que cuando entramos y tratando de hacer los actos de los delfines.

–Okey pequeños delfines hora de ir a los juegos– asienten comenzando a caminar hacia ellos.

El primer juego consistía en unos carritos chocones en el cual nosotros podíamos subir con ellos, Liam iba conmigo y Abi con su mamá hicimos nuestra propia pista de carreras y porsupuesto que ganaron ellas, el segundo juego solo podían subir los niños que era una especie de gusanito que daba vueltas, el carrucel también formó parte de los juegos donde podíamos subir los cuatro.

El juego de las canicas nos hicieron jugar a nosotros para ganar un kit de dinosaurios y un juego de doctora, aunque me faltaron puntos Abi y yo llegamos a un acuerdo de que el juego de tazas estaría mejor.

Ya era de noche cuando estábamos a punto de irnos cuando el sonido de unos perritos ladrando logro que voltearan y salieran corriendo hacia el lugar.

–Mamá, Papá, miren a los perritos, podemos llevarnos uno– ambos baten sus pestañas hacia nosotros.

–Ya habíamos hablado, cuando tengamos una casa más grande tendremos un perrito– menciona Abi agachándose quedando a su altura.

–Solo míralos, no han de tener familia, ustedes pueden ser sus papis– me atragantó con mi saliva al escucharlo hablar.

–Tenemos que hacerle caso a mamá, cuando se pueda iremos los cuatro a elegir dos perritos ¿Va?– mencionó quedando a su altura y los veo asentir no muy convencidos.

–Vamos que ya es noche– tomados de la mano salimos de lugar directo al carro.

Subimos a los niños y nos aseguramos de que estén protegidos, cada uno sube a su lugar empezando el camino de regreso al departamento.

–Te quedas a dormir– menciona Amara poniendo música suave.

–Si me aceptas en tu cama y me despiertas como hoy no me podré negar– niega riendo poniendo su mano encima de la mía.

–Eres un tonto, eres bienvenido a quedarte, y sobre hoy, gracias no la pasamos genial– volteo a verla sonriéndole.

–Me da gusto que se hayan divertido, y me alegro el poder compartir estos momentos con ustedes– se acerca dejándome un beso en la mejilla y se voltea hacia su ventana.

–Solo espero no tener problemas con mi jefe porque falte hoy– bromea y sonrió poniendo mi mano en su muslo.

–Creeme que tu jefe no está nada molesto, el despertar fue maravilloso– sonríe dejándome un leve golpe en la mano.

El camino de regreso bromeó con Amara y claro me permito meter mano a ratos dónde recibo pequeños golpes y que se sonroje a ratos.

Los niños se quedaron dormidos a medio camino uno encima de otro y sonrió aún más al verlos y es que son tan hermosos que no me aburriría de verlos.

Llegamos y ambos siguen dormidos cada uno se carga los niños y subimos al departamento dejando a los niños acostados y tapados nos dirigimos a nuestro cuarto a descansar.

–Buena noche Steven– la veo acostarse sobre mi pecho después de dejar un beso en mis labios.

Tocó su cabello un rato dejando un beso en su cien.

–Descansa mi amor– suelto un suspiro cerrando mis ojos.

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Me emocionó cuando estos dos están juntos. ❤️❤️

No sé olviden de dejar su voto si les gusto el capítulo. ❤️

Nos estaremos leyendo pronto. ❤️

El Regalo De Una Noche (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora