Parte Diesiceis: Humedad.

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Jahir.

Volver a verla luego de tantos días me prendió solo de tenerla cerca, ella no podía disimular sus nervios, sus labios se ponían pálidos y mis ganas de intimidarla crecían más y más.

—Extrañe tus labios —confesé mientras los acariciaba, ella solo me miraba de una manera tan sumisa que me volvía loco.

Tome su mano y me senté en la cama, separaré mis piernas para tenerla más cerca de mi mientras mis brazos se aferraban de su cintura, mi cara estaba entre sus tetas y la verdad era que su perfume me encantaba. Ella acariciaba mis brazos y luego dio El Paso de acariciar mi cabello.

—¿No crees que eres muy adulto para mi? —levante la mirada mientras ella acariciaba mi rostro.

—No dirás eso cuando te esté follando —su rostro rojo se apoderó de su cara pálida al instante y yo solo sonreí —. Bésame —le pedí mientras ella acercaba sus labios a los míos, sentir como se funcionarán me volvió loco, deseaba a esta mujer, la deseaba por completo.

—¿No crees que este mal que estes provocando a una niña como yo? —me pregunto mientras yo apretaba su cintura.

—¿Crees Que está mal? —le pregunté en un susurro, y ella asintió —. ¿Y por que siempre vuelves si crees que esta mal? —ella se quedó callada y yo subí su vestido para que ella se sentara sobre mi, mientras la besaba con deseo y su culo lo apretaba —. Quiero follarte —le confesé —. Te juro que quiero hacerlo —le dije mientras nuestros labios aún se rozaban.

La tumbe en la cama y me acosté de lado mientras la besaba, levante su vestido con lentitud mientras me lo permitía.

Acaricie sus muslos, y subí hasta llegar a su intimidad, hice ligeros movimientos circulares en esa zona tan delicada, sus gemidos se ahogaban en mis besos.

Separe sus piernas mientras seguía besándola tocando, jugaba con su pantie para provocarla más y más. Hasta que mis dedos tocaron su piel y abrí los ojos observando cómo ella apretaba las sábanas.

—Estás muy mojada —le dije mientras le entraba la lengua en la boca, hice espacio entre nosotros y entre la mano en su vestido para luego bajarle el pantie de color negro y lo puse a un lado. Su cara esta roja mientras sus ojos me miraban con deseo, ella mordía sus labios hinchados con insistencia.

Volví a ponerme en la misma posición de antes subí una de sus piernas sobre mi para tener las libertad de mover mis manos, ella no hacía nada más que intentar controlar su respiración, empecé a mover de manera circular aquel botón en su intimidad mientras sus ojos estaban cerrados y mordía fuertemente sus labios para evitar gemir.

La bese con pasión mientras mis dedos seguían jugando en ese lugar, su mano de aferró con fuerza a la mía y luego me tomó de la cara intensificando el beso, reí en sus labios por que era obvio que lo estaba disfrutando, y este era el momento para jugar con ella.

—¿Quieres que pare? —le pregunté en un susurro mientras sus ojos estaban en blanco, y su boca abierta de placer, ella negó con la cabeza —. ¿Lo estás disfrutando? —me miró y su mirada me lo dijo todo pero quería escucharla —. Sino me respondes me voy a detener.

—Lo estoy disfrutando —sonreí victorioso mientras la besaba.

Observé cómo era mi movimiento haya abajo y me encanto ver aquella intimidad, y como su piernas se abrían más y más.

—Jahir... —dijo en un susurro y eso hizo que la erección de mi entrepierna se intensificará, escucharla gemir mi nombre fue la gloria.

—No sabes cuantas ganas tengo de estar dentro de ti —susurre mientras seguía con el movimiento —. ¿Quieres lo mismo que yo? —No me respondió tan solo sus ojos estaban en blanco y su boca abierta disfrutando el momento —. Sabes las reglas, sino me respondes, me detengo y créeme, no te va a gustar cuando lo haga.

Tentaciones Prohibidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora