¿Como podría describir aquella noche?, ¿maravillosa? ¿Feliz?Hablamos por horas, contamos historias, reímos. Pasamos un hermoso momento viendo la luna, hasta que ya teníamos que irnos. Karim me había escrito que ya iba de camino a la casa y que no quería arruinar el momento pero ya yo debía ir regresando. Apreciaba que mi hermano fuera tan permisivo con la convivencia de Jahir y mía.
...
Todo el Camino fui en silencio, tenía un poco de sueño y la verdad era que quería llegar a casa para acostarme. Todo el tiempo el fue tomando mi mando sin ganas de soltarla.
La canción que sonaba al parecer le gustaba, la cantaba con pasión pero relajado al mismo tiempo.
Yo solo apreciaba su perfil mientras íbamos de camino a casa. Deseaba llegar pero al mismo tiempo no, no quería alejarme de él, no quería dormir sin el.
Pero lo bueno no dura para siempre y cuando aparco el auto frente a su auto beso mi frente y sonreí.
—Mañana nos vemos princesa —tomó mi rostro entre sus manos y beso delicadamente mis labios.
Yo salí del auto y cruce la calle viendo a mi hermano sentado en la cera de la calle, miré atrás y Jahir llevaba fuego a su boca, frené de golpe y me devolví.
—¿No crees que deberías frenar un poco el fumar? —rio abiertamente mientras miraba el cielo.
—Lo haré pero no te prometo nada.
—Eso espero.
—Ya vete, tengo ganas de besarte y no puedo hacerlo —suspire —. No pongas esa cara, algún día te besare frente al altar y le sacare el dedo de en medio a tu madre.
No puede evitar reír al escucharlo decir eso.
—Ya vete Tontuela.
—Descansa —se llevó algo que no parecía un cigarro común a la boca, y levantó la mano moviendo sus dedos.
Se quedó recostado del auto hasta que entre a casa, ya en ese momento se sentó donde siempre lo hacía para fumar.
Deje de mirarlo a través de la ventana y entre a mi habitación, me senté en la cama y dejé mis cosas sobre mi escritorio. Me sobresalte al ver a Karin entrar con una sonrisa media triste en el rostro, cerró la puerta y tomó la silla de mi escritorio para sentarse justo frente a mi.
—¿Que vas hacer? —me pregunto mientras ponía sus manos en mis rodillas y sus ojos se clavaban en los míos.
—Ahora voy a dormir, ¿tú que vas hacer?
—Sabes que no te estoy hablando de eso.
—No se de que hablas.
—Arlene —suspire —. No soy idiota, que actúe como tal, no quiere decir que lo soy —me rasque el cuello nerviosa —. Se lo qué hay entre ustedes —musitó.
—No hay nada, solo somos amigos.
—Con tus amigos de la iglesia los ojos no te brillan.
—No... —me interrumpió.
—¿Cuando lo hablaras con la familia?
Empecé a reír.
—La última vez encontraste un cuchillo en el piso, todo por sospechas, ¿que crees que haga tu madre cuando lo confirme?
—A pensar de que nuestra madre esta loca, no es una asesina.
—Creo que lo pensó cuando le di el cuchillo.
ESTÁS LEYENDO
Tentaciones Prohibidas.
Novela JuvenilImagina formar parte de una religion bastante estricta pero para ti es normal, ya que formas parte de esta religion desde que eres pequeña. Vas siempre a la iglesia, a las ceremonias, siempre eres la primera en participar en todo. Pero llega alguie...