Veinti cinco: Gran Pecado.

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Deje plantado besos mojados en todo su cuello para bajar a su pecho, ataque sus senos con tanto deseo que ella solo gemía mientras yo me tomaba mi tiempo, chupe, lamí y mordí sus senos. Pase mi lengua por su abdomen y cuando iba a posar mi boca en un intimidad ella me detuvo.

—Jahir... eso es pecado —su rostro estaba rojo.

—Tontuela, ¿cuántos pescados no has cometido hasta ahora? —le pregunté mientras besaba sus muslos y dejaba besos mojados en este —. Te juro que esto te va a gustar más que nada.

—Pero... —la interrumpí.

—¿Confías en mi tontuela? —la escuche suspirar.

—Si...

—Pues déjamelo a mi —pase mi lengua rápidamente por su intimidad y ella gimió al instante y se estremeció —. Y déjate llevar. ¿O quieres que pare?

—No —me contestó en un susurro.

Empecé a pasar mi lengua ligeramente por su intimidad, su respiración estaba agitada, sus movimientos eran suaves y sus gemidos deliciosos.

Arlene.

Esto se sentía mejor que cualquier otra cosa, la agilidad de su lengua en aquel lugar me hacía poner los ojos en blanco de tanto placer; el no se detenía, era feroz y cada vez era más rápido.

—Jahir —gemí en un susurro —. Se siente rico no te detengas —sentí como algo se deslizaba en mi intimidad mientras el seguía jugando con el botón que me estaba haciendo estremecer desde hace minutos, el doble placer me hizo apretar las sábanas —. ¡Ah! —gemí mientras el no se detenía, había ambos movientes al mismo tiempo sin detenerse —. ¡Si! —gemí mientras sentía como mi cuerpo explotaba en muchas sensaciones, mi cuerpo empezó a temblar y en ese momento sentí como si había perdido toda la resistencia de mi cuerpo, me sentía cansada y no quería moverme, solo quería quedarme acostada y dormir, me sentía tan relajada, tan bien.

Mi vista choco con la de Jahir, el me miraba serio sentado en el borde de la cama mientras mi respiración y mis sentidos seguían alterados, sentir su boca en aquel lugar aún me hacía sentir cosas nuevas.

—Vístete —me dijo y me sentí un poco desorientada —. Debes irte antes de que alguien se entere que no estas.

—Pero...

—Arlene —me hablo con autoridad y me espanté un poco, por que el no solía hablarme así.

—¿Por que actúas así? —le pregunté.

—No quiero que tus padres... —lo interrumpí.

—Olvídate de ellos Jahir —le conteste.

—No puedo, no puedo olvidarme de ellos y estar con el miedo de que si te veo y ellos me ven te van a pegar —suspire.

—El caso no es tan extremo.

—Ven —el se puso de pie y yo bufé, no iba a irme, no quería dejarlo así. No sabía cómo satisfacerlo pero iba a intentarlo. Me puse frente a él y pase mi mano ligeramente sobre su pantalón —. Arlene... —lo lancé a la cama y me puse sobre el mientras acariciaba sobre su pantalón.

Baje su pantalón mientras el se quejaba pero no me detenía. Había visto videos, tenía la teoría la práctica no tendría que ser tan difícil. Observé a Jahir viendo el techo y Moje mi mano con saliva y la puse en la cabeza de su intimidad, lo escuche gemir mientras movía mi mano lentamente, su mirada choco con lo que yo hacía y supuse que lo estaba haciendo bien. Lo moje más y más mientras movía mi mano de la manera que el gustaba, mientras hacía mi trabajo me pegue a sus labios y empecé a besarlo.

Tentaciones Prohibidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora