Parte Cincuenta y Tres: Las Flores Que Él Te Regalo.

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—¿Necesitas ayuda con eso? —se puso de pie Aisha y se acercó a mi.

—No, ya estamos terminando.

—Quiero ayudar, no estoy haciendo nada y Jahir no dice nada.

Ella miró a Andrew y yo procedí a presentárselo.

—Aisha él es Andrew un amigo de la iglesia, y Andrew ella es prima de Jahir.

Ella me ayudó a lavar los platos y luego tome mis flores y la puse en agua sobre la mesa, levante la mirada y el gesto de Jahir como si le molestaba que me gustaran las flores que Andrew me regalo, me encogí de hombres y el rodo los ojos viendo a su lado a nuestras madres hablar; que al parecer para mi sorpresa se llevaban bien.

Jahir estaba sentado en el sofá con los brazos cruzados, viéndome como un lobo. Lo que me hacía sentir un tanto incómoda.

Aisha, Andrew y yo hablábamos en la cocina tranquilamente, aunque mi atención era más para Jahir, verlo sentado con las piernas abiertas y los brazos cruzados y aquella cara de enojo, verlo de esa manera me despertaban ganas de lanzarme sobre él y quitarle ese enoja de una manera que sabía que le gustaría.

Sabía que no debía mirarlo tanto, aunque debí de aceptar que mi madre estaba concentrada en Leticia, yo tomé la basura y la amarre para sacarla, Aisha vino detrás de mi.

—No tienes que acompañarme —le dije y ella sonrió.

—Me caes bien.

—Oh —dije riendo —. Tú también me caes bien.

Abrí la puerta y se sintió el frío de la noche camine al cesto de basura y la eche para al darme la vuelta chocar con Jahir, Aisha estaba junto a mi y él me miraba con cara de enojo y las manos en sus bolsillos.

—¿Algo que quieres comunicarme? —observé a Aisha junto a mi y me sentí un tanto incómoda.

—No...

—No te sientas incómoda por Aisha, ella sabe de nosotros —me puse nerviosa de una manera que sentí que mis labios se secaron al instante.

—¿Que sabe? —dije bajo.

—Tranquila.

—¿Me estas pidiendo que me calme cuando mi dignidad está en juego? —gruñí entre dientes.

—Uno —se inclinó a mi oreja —. Ella no sabe eso, y dos si lo supiera lo guardaría mejor que tú —me dejo un beso en el cuello —. Ella es bastante leal, y cuatro que es la más importante, no perdiste tu dignidad cuando perdiste tu virginidad —se acercó a mi.

—Mantén la distancia Jahir.

—¿Eso quieres que haga? —sentí como se aferraba a mi cintura.

—Jahir... —dije bajo.

—¿Te gustaron las flores que el te regalo? —sonreí al escucharlo.

—Están lindas —el rodo los ojos.

—Viene alguien —escuché a Aisha, el me soltó al instante y ellos dos disimularon de la mejor manera.

Mi madre abrió la puerta, y sentí su mirada.

—Entren, la noche esta fría —ordenó mi madre.

—Que vieja metida —escuché la voz de Aisha y tan solo me reí.

—Cállate —escuché a Jahir —. Respeta.

—Pero...

—Aisha.

—De acuerdo ya.

Estando dentro observé a Andrew, me acerque a él junto con Aisha y luego nos sentamos en la mesa, yo podía ver a Jahir el cual disimulaba con su celular, pero podía ver como me miraba, y como le disgustaba el hecho de que Andrew estuviera tan cerca mío.

Tentaciones Prohibidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora