Capitulo Cincuenta y Nueve: Tus Deseos Son Ordenes.

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—¿Te quedas a la cena Arlene? —me pregunto Leticia.

—No, me imagino que quieren cenar en familia y yo...

—Claro que se queda —contesto Jahir.

—Creo que no entendió lo que le dije ahorita —le susurro el padre a Leticia y a Jahir.

—Tal vez se le olvidó.

—¿Tan joven y se le olvidan las cosas importantes?

No pude evitar reírme por qué ya había entendido la forma sarcástica e irónica del padre, era bastante gracioso aunque lo hacía un poco cascarrabias.

—¿Puedo ayudar?

—No —dijeron los tres al unísono, lo que me sorprendió bastante.

—Por favor.

Todos lo pensaron y decidieron ponerme a cortar vegetales. Me lave las manos y empecé a ayudarlos, la cocina era bastante espacioso por lo tanto era cómodo estar todos ahí.

Mientras cortaba los vegetales, a veces cuando Jahir tenía la oportunidad empezaba a molestar.

—Disculpa... cress que puedes darme un permiso por aquí... —acarició mi muslo para luego abrir la gaveta que estaba al lado.

—No empieces —le reclame.

—¿Que quieres que lo siga haciendo? —se acercó a mi y se me pegó por detrás Para buscar algo en los gabinetes sobre mi cabeza —. Tus deseos son órdenes princesa.

O al parecer sus padres no se daban cuenta o se hacían los tontos.

—Tal vez deberías picarlos más pequeños —acaricio mi brazo hasta llegar a mi mano mientras lo tenía detrás y podía sentir lo duro que estaba en mi espalda —. Tal vez así... —guiando mi mano me llevo a cortar los vegetales en trozos mas pequeños.

En ocasiones pasaba por detrás de mi y acariciaba mi trasero. El me estaba provocando bastante y la verdad era que me gustaba pero al mismo tiempo lo odiaba por que yo a diferencia de él no podía hacer nada.

Cuando termine me lave las manos.

—Iré al baño.

—Aquí te esperamos —contesto Leticia.

Camine al baño y la verdad caminaba un poco extraño por que me sentía muy húmeda por culpa de Jahir. Entre cerrando la puerta y me miré en el espejo me mojé las manos para lavarme la cara y Justo en ese momento la puerta se abrió y me sobresalte al ver a Jahir.

—Me asustas —me miró sonriendo y mordiéndose los labios y entró cerrando la puerta —. ¿Que haces? No... sal, vete.

—No iré a ningún lado. — me cargo subiéndome en el lavado y me separo las piernas mientras me besaba con deseo.

Se clavó en mi cuello y no pude evitar gemir al sentir su lengua ahí y algunos sonidos que me hicieron estremecer. Levantó mi falda y entró la mano para bajarme los panties, cuando me los quitó empezó a acariciarme y sentí como mi piel se erizo.

Me miraba directamente a los ojos mientras me acariciaba hasta que entró los dedos y no pude evitar gemir de tanto placer, movía sus dedos dentro de mi sin sacarlos, el me miraba directamente a los ojos y me encantaba como sonreía al hacerme gemir de placer. Saco los dedos y en ese momento me quejé.

—Ya me voy princesa —sentí impotencia en aquel momento.

—No... —lo tome de la camiseta y lo acerque a mi, el solo sonrió y me beso para soltarse de mi agarre.

Tentaciones Prohibidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora