23 Epílogo: Solo soy yo.

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Todos los problemas habían pasado, por fortuna. El proyecto, había sido terminado con éxito. Y ahora me encontraba haciendo las maletas para viajar.

Valeria me había invitado a pasar las vacaciones con su familia en el rancho de sus abuelos. Y me había sentido tan feliz y conmovida de que su familia y ella, en tan poco tiempo de conocernos, me habían abierto las puertas y ahora me consideraban parte de su familia.

Por mencionar otros detalles, Cristian y Valeria habían comenzado algo después de que los tres saliéramos a comer por las tardes. Aun no era algo concreto, pero se estaban conociendo mejor y las cosas iban viento en popa.

De Cristofer, no había vuelto a hablar con él, y cuando nos topábamos en el camino, decidía seguir caminando y evitar todo.

Rubí, por lo que me había contado Val, se había dado cuenta de cómo era Cristofer y como ella en realidad se comportaba con los demás, y había comenzado a ser un poco más amable. Incluso, una vez que me la había topado en la cafetería, me había pedido perdón por su comportamiento. Yo le había dicho que todo eso ya era agua pasada y que no había de que preocuparse.

E incluso, podía decirse que empezaba a juntarse en ocasiones con nosotros.

Y yo, había aprendido que no era bueno eso de idealizar a las personas, y mucho menos a dejar que los problemas lleguen a algo grande para pararlos.

Justo ahora, me estaba dando mi tiempo a mí, para poder comprenderme y buscar lo que en realidad me merecía.

Después de todo, solo soy yo la que debe de ver por mí bienestar, aprender a amarme, darme mi lugar y aprender que merezco solo lo mejor.

Fin

Solo soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora