—¿Debería poner en mi diario que este día anunciaron oficialmente que nuestra familia ha subido de puesto por su maravillosa jugada? —preguntó Fiorella antes de comer un bocado del pan de pita embarrado del cremoso mutabbel que pidió en el restaurante del Hotel Waraqat Alshajar. Saboreó aquel puré de berenjena especiado sin apartar su vista del celular.
Los colores claros contrastaban con pequeñas secciones de colores brillantes. El verde, el rojo y el azul predominaba en tales decorados y eran salpicados por un poco de dorado. La ovalada estructura a modo de argolla tenía una zona verde en el centro que funcionaba como una plaza. Estaba rodeado de otros edificios, comercios y viviendas de tonos térreos, blancos, grises y celestes opacos. De rojo oscuro y pequeñas porciones de otros colores solían ser los complementos y decoraciones.
Fiorella suspiró de nostalgia al verse en las calles familiares y construcciones de paredes rectas, pero con ventanas y puertas en arco, y techos planos o en cúpula. Apreciar la tela rectangular de rojo y verde separados por la franja negra que se adornaba con un cuarto menguante y una estrella de cinco puntas la hizo sonreír. Edificios para el servicio público y algunos sitios emblemáticos alzaban la bandera con honra. Gustó de percibir la calidez del sol libio y respirar su aire más seco que el del montañoso cartaginés. A todo ello se sumaba el olor de la comida tradicional que en ese momento la envolvía y el sabor que captaba de los alimentos.
Cada viaje a Libia le traía recuerdos de su primera infancia, aunque ya deslavados por el pasar del tiempo, donde caminaba tomada de la mano con su madre Anamári. Podía sentirse todavía con la emoción de los paseos que realizaba con sus tíos y de las tardes en la oficina de su abuena, así como de los juegos donde Yurem y Nabiha la cargaban alto y la cuidaban como su hermana pequeña.
La noche de ese 14 de agosto y en uno de los grandes salones del hotel sería la Presentación de Huey Wainaina, quien pasaría a adquirir el apellido Oddone al convertirse en el nuevo Jefe de la vigésima familia. No obstante, también podría reconocerse que ahora la familia Vascante ostentaría el octavo puesto de los Doce Grandes en cuanto a poder. Era oficial y ya las personas del mundo podían enterarse gracias a los noticieros gestionados por los representantes del escudo de las hormigas y la bandada.
Fiorella percibió lo mismo que sintió cuando se graduó del colegio: era consciente de lo estaba pasando y al mismo tiempo creía que podría ser un sueño. Aquella vez fue porque todos sus compañeros eran mayores que ella y parecía que sólo había pasado un ciclo lectivo más; ahora era porque su hermano se había encargado del edicto que ocasionó el cambio y lo hizo en tan sólo un par de días. Le dio la impresión de que él ya lo hubiese pensado antes y que por eso Dios le dio un empujón tan fuerte a último momento.
«Debía hacerlo y lo hizo», pensó sintiendo orgullo por su hermano. Antes estuvieron muy en desacuerdo con respecto a tales controles y hasta llegó a recriminarle sus acciones porque la propia enfermedad que padecía era un producto de los gobernantes del pasado. Holger jamás financiaría un proyecto biológico como el DACP, como lo aseguró varias veces, pero seguía siendo parte del problema pese a que él mismo estaba incómodo con ello. Le era fácil darse cuenta de que él se encontraba más impresionado, si no, no se hubiera quedado mudo leyendo la nota que le envió Arfán personalmente.
Holger se vio entre nervios, sorpresa y una pizca de emoción cuando se enteró. Aunque Paulette le dio a entender que era lo más probable, no esperó tal consecuencia y se sintió orgulloso. Al parecer Ullestel también se vería afectada de buena manera por los contratos que realizó en apoyo a los cambios que realizó Vascante; tanto como otras Familias por las relaciones y tratados. Si antes la información mantenía un balance para ocultar o revelar al público, ahora la inclinación hacia lo público se hizo más notable y frenó varios intentos de algunas Familias por impedirlo. Ya no hubo manera de continuar ocultándole al Consejo de Seguridad Internacional todas esas movidas, por lo que se llegó a un acuerdo de paz entre ellos y los Jefes para no alterar la población, más que complacida por «mejorar el funcionamiento y seguridad entre fronteras para movilización social y comercial».
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La Novena Familia
RandomLos Vascante son una de las familias dominantes del mundo en el siglo XXII, la novena de treinta. Sin embargo, ni la influencia ni el poder han evitado que el autodenominado Chasseur les haya impuesto un juego de cacería que se ha mantenido por cuat...