Capítulo XVIII: Previsible

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En la segunda mitad de julio Fiorella tuvo su penúltima charla fijada como proyecto de graduación. La última sería empezando agosto. Fue ese día a Matina de Gran Tortuguero, único cantón poblado de esa isla y conectado a Puerto Limón; el resto era una selva caribeña protegida. En esa sección de la Gran Área Metropolitana central, formado por dicho cantón, Bananito y Puerto Limón, se ubicaba la Sede del Caribe de la universidad estatal más prestigiosa de Nova Costa Rica; comúnmente llamada Unicori.

En la facultad de Literatura y Lingüística ella dio una charla sobre la literatura afrolatina y el movimiento Negritud. No obstante, mientras ella hablaba con confianza a los dos grupos de estudiantes reunidos, afuera un guardia de la universidad fue asesinado por una víbora. Elián no reaccionó a tiempo y fue derribado por el sujeto, quien luego corrió hacia Lucas. A este último no lo venció y cuando Lucas se repuso con apenas un moretón en el rostro, Elián apenas consiguió librarse de una usaría de fuerza amplificada. Un último individuo tuvo que abatir Lucas.

La tormenta eléctrica de esa tarde limonense no fue el problema para la charla de Fiorella, sino que Elián tuvo que ser ingresado al hospital Ricardo Moreno Cañas en Matina. No fue el primer golpe que le propinó el primer hombre, sino la debilidad de su propio cuerpo desgastado lo que le hizo ingresar en condición delicada y ser monitoreado toda la noche. Su estómago de nuevo le dio problemas y fue el momento perfecto para los atacantes, cuyo objetivo fue Fiorella. Ya corrían rumores de que un guardaespaldas de la séptima Jefa tenía serios problemas de salud. Lucas tuvo que contactar a una peona sombra de nombre Darah Drummond para que le ayudara a cubrirlo mientras esperaba a sus compañeros para relevarlo.

Al día siguiente Elián le confesó tanto a su hermano como a su jefa que ya no podría seguir siendo un peón de campo. Se sintió en la obligación de preguntarle a Fiorella si no lo desecharía cuando ni siquiera pudiera servir como mecánico; a ella le dolió tener que recordarle que la familia nunca sería una carga. No obstante, les fue fácil a ambos regresar a su armonía y dejar de sentir el peso de la realidad.

Para Elián era cuestión de esperar a que su salud empeorara, ya sea de manera paulatina o de golpe. Le causó un cierto nivel de ansiedad que poco a poco mermó con ayuda de distracciones diarias. Le hizo una renovación completa al automóvil de la familia y diagnosticó el estado del que tenían los Jefes para exclusivo uso laboral, hubo que cambiar un par de piezas algo desgastadas y lo hizo con ayuda de un colega que Gavril envió para la tarea. Revisó cada mueble y por pura diversión reforzó un par de gavetas que pudieron aguantar algunos meses sin mantenimiento.

Haber dejado para siempre su labor como peón de campo le fue más duro de lo que pensó. Una semana después se percató de que ni siquiera podría protegerse a sí mismo de daños físicos. Cayó en la cuenta de eso al ver a Lucas jugando con Stefano para saber quién tenía mejores reflejos para evadir golpes al costado. Desde su lugar observó detenidamente y se dio cuenta de cuánto le dolería hacer tan simples movimientos, estando quieto ya percibía molestia suficiente. La impotencia y la frustración le hicieron desviar la mirada y enfocarse en una partida de ajedrez contra algún desconocido en línea.

Antes del último día de julio Elián despertó sintiéndose especialmente incómodo con su propio cuerpo. Su estómago, sin ninguna novedad, era el problema. Era consciente de que las enzimas y ácidos que producía su órgano afectaban la ramificación que estaba incrustada en el mismo. Con el pasar del tiempo, el aparato fue dañado lo suficiente como para que no enviara señales que causaran advertencias y regresiones. Sin embargo, ignoraba el daño de los tejidos y en qué estado se encontraba el parche que lo protegía. Apenas tenía claro que en algún momento ese pequeño implante abandonaría su utilidad por completo; sin conocer qué repercusiones provocaría en su cuerpo y cuánto viviría a partir de ese momento.

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