Dos días después de volver a su hogar Fiorella por fin cayó en la cuenta de que perdió su ojo izquierdo, y un aparato llenaba su cuenca ocular. Aquella mañana, después de bañarse, se había quedado frente al espejo analizando su apariencia.
Le resultaba incómodo, era como cuando se le empañaba un ojo y lo nublado y lo nítido se mezclaban. Si cerraba el derecho veía todo como si tuviera una cámara con bajo contraste y fallos en el enfoque a distancia. Antes creyó que podría acostumbrarse rápido y ahora le parecía que debía usar parche para ocultar que no había sido capaz de defenderse. Inclusive su cerebro aún no se acostumbraba a la nueva profundidad y tenía que reaprender. Se le ocurrió que podría pedirle consejo a Lucas.
Por momentos recordó a Lucas acercarse a ella con el extraño instrumento. Escuchar de fondo la lucha entre sus guardias y Elián. Pero, sobre todo, la mirada indiferente de Harry mientras la retenía. Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal. Ahora le era mucho más clara aquella expresión exasperada porque Lucas no se apresuraba. Le ardió el pecho de cólera y profirió insultos que combinaban el español con su árabe. Respiró profundo después de unos segundos y se miró fijamente a través del espejo.
«No debo darle el gusto de seguir jodiéndome la existencia. Vamos, Fiorella, usted puede superarlo».
Con aquellas palabras en mente terminó de arreglarse, con ropa de luto y tapándose el párpado izquierdo con el flequillo modificado. Ese día Holger le ayudaría a conocer mejor los procesos de aprobación de directores y subdirectores de grandes y valiosas áreas turísticos. Cada proyecto pasaba primero por la municipalidad local, luego lo aprobaba el Representante de nación junto a su Gabinete. Si estos últimos aprobaban la propuesta con todos los cambios pertinentes, se enviaba a los Vascante para que decidieran qué aprobar y qué no. El mismo procedimiento se llevaba a cabo con cada Familia en sus dominios.
Caminó lo más firme que podía atravesando la habitación, no usaba las muletas ya, pero aún cojeaba un poco. El cuarto fue renovado al mismo tiempo que el de los chaineds. Pasó de tener tonos amarillos y verduzcos a un brillante coral y un elegante gris claro. Sobre la cabecera colocó los peluches de erizos y en el escritorio las amapolas junto con una familiar de cuando cumplió ocho años y un autorretrato donde sonreía con sus amigos. Un póster con la sombra de seis personas sobre patrones de animales coloridos adornaba una de las paredes. En el borde inferior rezaba Hexagon Hispanegal, y cada integrante había firmado sobre su propia sombra con tinta blanca. Un regalo de Holger por sus dieciséis.
Bajó y pese a que notó movimiento en la cocina se encaminó directamente a la capilla para orar un buen rato antes de ir a comer. Al momento se enteró de que era la única que no había desayunado aún. Todos en su hogar comían a las seis y ella definitivamente no se acostumbraría a eso tan pronto. Encontró a Holger con una computadora en el comedor y una taza de café al lado. Sin mirarla le anunció que había llegado tarde.
—¿Está loco? Dijo que empezaríamos a las siete en punto y... —Se asomó al reloj de la computadora—. Son las siete en punto, Holie. Llegué puntual.
—Puntual habría sido a las diez para la seis. Incluso hubiera estado justo a tiempo a las cinco para las seis. Pero son las siete, llegó tarde.
Fiorella rodó los ojos y exhaló sonoro. Acabó por aceptar la norma, por más tonta que le pareciera. Mientras tomaba el plato de comida que Lucas sirvió previamente para ella y lo ponía al microondas preguntó por los demás. Holger le respondió con simpleza; Toni y Jeytter arreglaban asuntos menores por él en la oficina, Elián aprendía de plomería con Gavril en el baño del segundo piso y Lucas estaba buscando en el cuarto de lavabo artículos de limpieza porque la cocina lo necesitaba a fondo.
Fiorella arqueó una ceja, creía que Nadine mantuvo la cocina en buen estado siempre. Holger le recordó que después de que Jeytter hubiera apostado contra Nadine y Carolina, con resultado desfavorable, ninguna de las dos mujeres le prestaba tanta atención a la cocina y únicamente limpiaban lo que se veía.
ESTÁS LEYENDO
La Novena Familia
RandomLos Vascante son una de las familias dominantes del mundo en el siglo XXII, la novena de treinta. Sin embargo, ni la influencia ni el poder han evitado que el autodenominado Chasseur les haya impuesto un juego de cacería que se ha mantenido por cuat...