XXV.- El café

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A finales del año de 1913, las cosas no pintaban bien, los rumores de una guerra inminente eran cada vez más fuertes, las tensiones políticas se hacían más evidentes y los periódicos se aprovechaban del miedo de la gente para vender cada día más ejemplares.

Una Mina de ya 20 años y una Chaeyoung de 19. Pensando en cómo podían verse de nuevo, las cosas no pintaban nada bien, ya que Chaeyoung no encontraba la manera de poder escaparse aún que sea unos dos días para que el viaje valiera un poco la pena, así que junto con Mina llegó a la conclusión de que la mejor opción era que Mina viajara a donde Chaeyoung residía,
sin embargo Chaeyoung se dio cuenta de un problema.

Aún cuando Mina estuviera en la misma ciudad sería complicado que la dejaran sola por mucho tiempo, el único momento del día donde la dejaban prácticamente sin supervisión era durante sus clases, y dentro de su casa cuando se ponía a hacer sus tareas, es que incluso se dio cuenta que de vez en vez revisaban sus pertenencias cuando ella no estaba en la casa, estaba agotada de todo aquello, además de sus padres y "suegros" queriendo arreglarle citas con " Hyunjin, su prometido", en fin su vida estaba algo complicada, pero también a Mina se le complicaría viajar, ya que en el trabajo y en sus estudios no podía simplemente ausentarse así como así, además de que que le diría a Jackson, ¿que iría a ver a Chaeyoung?, no, claro que no le podía decir eso, ya que si bien no tenía conocimiento de todo lo vivido con Chaeyoung, si estaba claro en que Chaeyoung era más que una amiga cercana para Mina, y el, Jackson, era su prometido, y le debía respeto, ya que si bien no lo amaba, si estaba profundamente agradecida con el y su familia, ya que desde que llegó a aquella ciudad extraña y alejada de su familia le habían recibido como si fuera una más de los suyos, jamás la presionaron para que hablara cuando en sus días malos no tenía la mejor cara, ya que si bien jamás fue grosera, si se le llegó a notar que algo le pasaba, pero nadie jamás la cuestionó acerca de que era lo que le hacía sentirse así, ella lo agradecería pues todo lo relacionado a sus días de bajón tenía nombre y apellido, y ese era Son Chaeyoung, no el de el hijo de los señores que tan amablemente la esperaban a que bajara para desayunar con ella cada mañana.

Pensaron y pensaron hasta llegar a la conclusión de que lo mejor sería que Mina fuera quien viajara, ahora solo sería cuestión de inventarse un buen pretexto, por que no podría mentirles con respecto a la ciudad que viajaría ya que era seguro que la acompañaran a la estación del tren y obviamente verían a donde compraría el boleto, así que lo mejor que se les ocurrió fue que con ayuda de Sana inventarían que se encontrarían en la ciudad donde Chaeyoung residía, sinceramente no sabían si esa era la mejor mentira del mundo pero mientras pudieran verse cualquier cosa estaría bien.

Las semanas pasaron, y las cosas fueron tomando forma, Lisa, la mejor amiga de Chaeyoung en la universidad estaba ya en el andén del tren esperando a Mina, que nerviosa veía como su tren entraba en la ciudad donde se reencontraría con la mujer que amaba.

Por fin llegó, bajo del tren con la emoción desbordante, y busco con la mirada a la que Chaeyoung describió como la chica más sonriente que había conocido en su vida, por fin la vio parada a unos 15 metros también buscándola con la mirada, Mina al instante se dio cuenta que era la chica que buscaba por que llevaba una margarita en la mano, como señal de que era quien la esperaría. Cuando Mina se quedó observándola, Lisa la volteó a ver para darse cuenta de que era Mina, por el sencillo pero hermoso vestido negro con detalles en blanco que acordó llevar para que la reconociera.

Lisa y Mina fueron a encontrarse. Lisa tan sociable y sonriente como era fue la primera en hablar, — Hola, tú debes ser Mina, ¿cierto?.— Mina un poco intimidada por la confianza de Lisa al acercarse y abrazarla asintió y dijo, — Entonces tú debes ser Lisa, es un gusto conocerte por fin, gracias a ti Chaeyoung y yo hemos podido mantenernos en contacto. Eres justo como Chaeyoung te describió, sonriente, simpática y amable.— Lisa sonrió aún más y la tomó por el brazo para arrastrarla hacia donde las esperaba un coche que las llevaría al hotel donde se hospedaría.

120 AÑOS (MICHAENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora