XIV.- Celos

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No pregunten como, pero Chaeyoung y Mina lograron salirse con la suya e ir al curso/taller de enfermería y primeros auxilios a una de las ciudades más cercanas a su poblado.

Como habían planeado invitaron a Nayeon, Dahyun y Tzuyu, así que al ser un grupo más grande de chicas, las dejaron ir más o menos sin ningun problema, o bueno, por lo menos ninguno lo suficientemente grave como para truncar sus planes.

El padre de Mina puso algunas trabas, pero con la ayuda de sus hermanos, Mina logró el permiso, además de que el señor Myoui tenía claro que su hija se merecía todo lo mejor del mundo, ya que siempre había sido una excelente hija, además desde que la señora Myoui había muerto, su niña no había vuelto a ser totalmente la misma, y tenía esperanza que esto le ayudara, no solo con su tristeza, también para que de alguna forma conociera un poquito más el mundo y se quitara toda esa timidez y fragilidad que desde siempre había notado en su hija menor.

El día del viaje llegó a principios de enero, día que llevaban esperando casi un mes.

Todas con maleta en mano partieron de sus respectivos hogares con rumbo a la estación de tren de su poblado.

Este para Mina, era uno de sus contados viajes fuera del pueblo, pero lo esperaba más por la alegría que le provocaba poder viajar al lado de Chaeyoung, ya que desde muy niñas se habían prometido conocer lugares juntas.

En el tren les tocó compartir cabina con Nayeon, ya que no quiso estar con Tzuyu y Dahyun, cosa que si lo pensaban un poco era lógica, después de todo las mejores amigas de Nayeon eran las chicas y no las otras dos, a las cuales aún que se llevara muy bien, no les tenía la misma confianza.

Sin embargo Mina y Chaeyoung en su loca cabecita enamorada, imaginaron que querría viajar en la otra cabina, pero para su desilusión, ella obviamente viajó a su lado.

Aún que por lo menos pudieron hacerlo sentadas una al lado de la otra, igual el viaje solo duraba dos horas, ya tendrían tiempo a solas en el lugar donde se hospedarían.

De todos modos en la cabina no querían perder tiempo, necesitaban desesperadamente tener algún tipo de contacto más íntimo.

Ya que Nayeon se había ido la mitad del camino invadiendo su espacio personal, además de ir hablando y hablando sin cesar.

Por fin pudieron ver en su semblante un esbozo de somnolencia, cosa que Chaeyoung aprovechó para primero quitarse el suéter que llevaba puesto, y después disimuladamente ponerlo sobre sus piernas y las de Mina, asiendo un pequeño hueco donde no se podía notar realmente si acercaban o no sus manos.

Mina que tenía las manos puestas a sus costados, pudo sentir por debajo de la tela del suéter de Chaeyoung, como el pequeño dedo meñique de Chae atrapaba el suyo, lenta y suavemente.

Mina sintió como si una corriente eléctrica recorriera su cuerpo, soltó una casi imperceptible risita nerviosa y sus mejillas se ruborizaron.

Observó como Nayeon poco a poco cerraba sus ojos y luego muy lento volteo para ver de reojo a Chaeyoung que la miraba tímidamente a la cara, entonces ambas dieron un vistazo rápido hacia Nayeon, para asegurarse de que no les estaba prestando atención.

Al percatarse de que efectivamente no eran observadas, empezaron a hacer una especie de danza con sus dedos, se acariciaban y se hacían sentir tan bien, era algo casi mágico, indescriptible.

Lenta y sutilmente se acariciaban, mientras se miraban con los ojitos perdidos de tanto amor.

Fue algo tan simple pero tan representativo a la vez, así era su amor, tan solo tomarse las manos era tan especial, tan intimo, tan significativo. Eran estas pequeñas acciones las qué significan tanto para ambas, el estar así, simplemente mirándose sin decir nada, estar así, entrelazando sus manos, estar así, sonrojándose simplemente por sentirse cerca.

120 AÑOS (MICHAENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora