IV.- Nada como tú

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Nayeon y Chaeyoung habían crecido juntas, casi desde bebés se podían recordar una a la otra, se amaban profundamente aún cuando jamás lo hubieran dicho en voz alta.

Eran como dos hermanas y mejores amigas a la vez, desde muy pequeñas se destacaron por ser un par de diablillas, siempre estaban planeando que nueva travesura hacer.

Pero justo ahora, a sus 14 años algo había cambiado, Nayeon podía sentirlo, Chaeyoung ya no le contaba todo lo que le pasaba, y cada día se notaba más la relación especial que tenía con Mina.

Y no, para nada odiaba a Mina, después de todo, ¿quien podría hacerlo?, la misma Nayeon aceptaba que Mina era quizá la niña más dulce, bondadosa e inteligente que jamás hubiese conocido.

Era tan perfecta, que solo se podía comparar con un ángel.

Nayeon sabía todo esto, lo sabía y lo respetaba, lo que no podía soportar es que aún con todas sus cualidades, aún con todo su encanto propio, jamás podría hacer que Chaeyoung la tratara o la quisiera como a Mina.

Pues muchas veces ya la había observadomirándola con una ternura tan inmensa que hasta nauseas le habían causado, Chaeyoung era tan empalagosa con Mina que podría resultar hasta exagerado.

Y no, tampoco eso le molestaba.

Lo que realmente hería a Nayeon, es que Mina, desde hace mucho la desplazó del lugar de mejor amiga de Chaeyoung, quizá desde el mismo día en que la conocieron en aquel salón de clases.

Donde Chaeyoung le comentó desde antes de salir al receso, que compartiría la segunda porción de comida que su madre le había puesto, con la niña de múltiples lunares en el rostro y de mirada tímida.

Según esto por qué quería ser amable con ella, ya que los demás niños no era como que se le acercaran mucho, ya que su gran estatura y seriedad, hacía que los otros más bien le tuviesen un poco de miedo.

Nayeon no estaba enojada por todo aquello, solo estaba triste, y si, tal vez un tanto celosa, pero quien no lo estaría de pasar por lo mismo.

Había sido remplazada, y ahora siendo ya unas adolescentes todo era más obvio.

Quizá Chaeyoung no le contaba tampoco sus cosas a Mina, pero entonces, ¿por qué tampoco a ella?, ¿que había pasado?, ¿por que Chaeyoung ya no le decía todo?, ¿acaso Mina tenía algo que ver en todo aquello?.

Nayeon no lo sabía, y quizá nunca lo haría, pensaba en todo esto mientras veía desde la distancia como Chaeyoung y Mina se daban miradas cómplices y sonrisas divertidas, mientras se suponía pintaban un cuadro al aire libre.

Ya llevaban casi cuatro años desde que tomaban estos cursos, aún que para ser sinceros, si bien Nayeon y Mina no eran malas, digamos que esto también a fuerza de la ya mucha practica que llevaban, Chaeyoung se destacaba y no solo de ellas tres, si no de entre todas las demás.

Era realmente buena, además de que era tan original y única que todos amaban mirar el resultado final de sus obras.

Mientras tanto en ese preciso momento Chaeyoung y Mina estaban en su mundo, riendo y haciendo bromas.

El maestro de pintura les había dicho que serían libres de pintar lo que quisiesen, y que para que la inspiración las inundase, las sacaría a pintar a un paisaje hermoso, justo en una colina desde donde se podía mirar la inmensidad del bosque, el río y hasta un pequeño lago.

Así que Chaeyoung, no tardó en ponerse a pintar parte del paisaje que sus ojos marrón veían, tenía aproximadamente una hora muy concentrada pintando, así que ya iba muy avanzada, entonces decidió que se daría un respiro, se levantó de donde estaba y camino hacia donde Mina se encontraba, justo a un lado de ella. Podía observar de reojo que Mina llevaba ya rato mirándola y luego volvía a su cuadro.

Estaba justo detrás del caballete de Mina, y le pregunto, — ¿Que pasa Minari? ¿Me hice bigotes con pintura sin darme cuenta o por qué sonreías tanto mientras caminaba hacia acá?.— Mina negó tímidamente con ahora una risita nerviosa y divertida, Chaeyoung entre cerró los ojos, viéndola con incredulidad y un poco de gracia también, y le volvió a preguntar, — ¿Entonces qué pasa? ¿Acaso se atreve a estarse riendo de mí señorita Myoui? Y lo peor es que no me va contar el chiste a lo visto.— Dio un paso más y ya estaba por ponerse de frente a lo que Mina pintaba, cuando Mina se levantó gritando entre risas, — No, no mires Chae.—abalanzándose sobre ella para no dejar que mire lo que pinta, juguetean por un momento hasta que Chaeyoung ágilmente se suelta del agarre de Mina, y mira, más bien se mira en el cuadro. A lo que Chaeyoung sorprendida pero aún entre risas le dice a Mina, — ¿Pero como es posible esto?, salimos al aire libre, a este paisaje tan hermoso e inspirador y tú, tú terminas, ¿pintándome?.— frunció el entrecejo y río un poco más.

A lo que Mina, también riendo le contesta, — Ay Chaeng, ¿que no se suponía que era pintura libre? Además, no veo aquí nada más bonito para pintar, nada como tú.— Esto claramente lo había hecho con la intención de sonrojar a Chaeyoung, cosa que había logrado. Ella solo la mira sonriendo con sus ojitos chinos y su marcado hoyuelo adornando su mejilla, le da un pequeño empujón para después decir, — Ay Minari, si serás tonta.— Luego sin saber muy bien por qué, busco entre toda la vergüenza que sentía, los ojos de Mina, pues tenía unas inmensas ganas de mirarla aún que fuera por un segundo.

No sabía muy bien cómo es que esto estaba pasando, pero por primera vez, se estaban mirando, realmente mirando a los ojos, se sostenían la mirada, pues querían decir tantas cosas, unas en broma y otras en serio, sin embargo de los labios de ambas no salió palabra alguna.

Chaeyoung quería decirle a Mina cuánto es que le había conmovido el hermoso gesto de haberla pintado, quería que Mina tocara su pecho y sintiera como su corazón se había acelerado con ese simple pero tierno gesto. Mina por su parte quería decirle, que sin saber muy bien por qué, cada vez que pintaba pensaba en ella, quizá la inspiraba, pero no sabía que esa palabra podía usarse para describir a una amiga, aún que también muchas veces buscándole lógica a lo que sentía, suponía que como Chae, era quien la animaba a seguir y además era una excelente pintora y dibujante, tendía a pensar en ella cada que lo hacía.

Chaeyoung rompió el momento al percatarse de que el profesor la miraba con severidad, decidió regresar a su lugar, sin dejar de darle miraditas y sonrisas de complicidad a Mina, que fue justo cuando Nayeon las estaba observando.

Lo único que diré es que aquel día Chaeyoung decidió que también pintaría a Mina, y ese día llegando a su casa fue lo que hizo, incluso al día siguiente que era domingo, fingió estar enferma para no ir a misa y a dar una vuelta con su familia y mejor quedarse a retocar el cuadro que con tanto cariño y empeño estaba haciendo de su amiga Myoui Mina.

En cada pincelada Chaeyoung sentía una emoción que desbordaba su joven corazón, realmente no entendía nada, pero le gustaba, se sentía bien y cálido en su pecho.

Lo único que sabía es que quería conservar aquel cuadro hasta el final de sus días, como el más preciado tesoro, lo único que entendí es que Mina iluminaba sus días con aquella sonrisa suya que de tan hermosa y perfecta le parecía indescriptible.

Chaeyoung puso todo su empeño en que aquello quedara plasmado en lo que pintaba, y casi lo logró, pero según ella, jamás lo haría en su totalidad, pues como Mina tampoco había nada, ni nadie, ni aún el cuadro más perfecto.

Y si, aquel cuadro que enmarcaba la evidente belleza de Mina, efectivamente acompañó a Chaeyoung hasta el día de su muerte y más haya. Y si, también la pintura que Mina hizo de Chaeyoung la acompañó a donde quiera que ella fue.

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Hola a quien lee y apoya esta historia, quiero decirles que este capítulo es hasta ahora uno de mis favoritos, y que también dependiendo del apoyo que vaya viendo que tiene la historia, estaré publicando seguido, incluso dos capitulós por vez, yo pienso que por lo pronto publicaré los domingos, pero ya iremos viendo.

Un abrazo 🤗

120 AÑOS (MICHAENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora