XXII.- El peso de las acciones

93 16 4
                                    

La discusión continuó por unos minutos más, aún que realmente ya no tenía ningún sentido, la señora Son había ganado, por la mala pero ganó, ya que la familia de Mina no iba a arriesgarse a que le hicieran algo así a su pequeña mujercita, pues por mucho que la apoyaran tampoco estaban dispuestos a meterse en una guerra así con gente de dinero, sabían que no podían ganar, ya que si bien en los últimos años las cosas para los Myoui habían mejorado económicamente, tampoco tenían los recursos para ponerse al tu por tu con esa gente, los Son se veían dispuestos a todo con tal de que Chaeyoung no volviera a estar cerca de Mina, y dentro de todo, la realidad es que por lo menos al padre de Mina no le pareció tan descabellado, pues las niñas estaban cometiendo una locura, o sea, tampoco quería que las maltrataran a ninguna, pero de eso a qué apoyara aquello había mucha diferencia.

Así que les ordeno a todas sus hijas que dejaran de pelear por que Chaeyoung se quedara en su casa, que la dejaran regresar con su familia, por que después de todo, eran eso, su familia.

Poco a poco la lucha fue cediendo y entre empujones y jaloneos lograron arrastrar a Chaeyoung de regreso a casa, mientras Mina se quedaba con una enorme sensación de vacío al verla alejarse por aquella oscura calle. Las dos se dieron una última mirada llena de tristeza, ya que ambas comprendieron que aquella madrugada habían quedado tan separadas como jamás lo habían estado, y que volver a verse no sería una tarea nada fácil de lograr, las dos derramaron las lágrimas más amargas por primera vez en su vida, y todo por es amor que nadie entendía.

Si por lo menos alguien les hubieran dicho que eso sólo sería apenas el principio de su lejanía... de su dolor.

Cuando todo aquel desastre había terminado, lo único que quedaba eran las lágrimas silenciosas de Mina que sollozaba entre los brazos de Sana.

Entonces, el padre de Mina que hasta ahora se había mantenido pasivo le dijo, — Mina, deben parar esa locura ya, están confundiendo las cosas, lo que sienten no es amor, por qué si así fuera, sería una aberración, y tú no eres así.— Mina simplemente cerró sus ojos y se aferró mas al cuello de su hermana, no podía entender por que todo aquello les estaba pasando, entendía que para cualquiera el que dos mujeres se amaran era simplemente impensable, erróneo y hasta retorcido, pero Chaeyoung y ella no lo sentían así, entendieron que no podía estar mal amar a alguien con tanta ternura y pasión, no podía ser pecado ser devota de los besos de la otra, no podían creer que desear toda la felicidad para la persona que quieres fuera en contra de las leyes del hombre.

Mientras tanto en la casa de los Son las cosas fueron bastante más violentas y fuertes, para cuando tenían a Chaeyoung en el salón de su casa un hilo de sangre bajaba desde su boca y nariz, pues entre los jaloneos su madre le dio un mal golpe en la cara, su ropa estaba toda jalada, incluso una manga estaba a medio caer.

Todo eso había sido impensable que pasara en aquella casa, donde hasta esta situación las cosas habían sido pacíficas y jamás les habían puesto una mano encima a ninguna de sus hijas, pero justo ahora todo era una locura, Chaeyoung lloraba a mares, su corazón estaba completamente roto, no entendía por qué le hacían todo aquello y por que la trataban como si hubiera cometido el más horrible crimen, sabía y entendía que el amor entre dos personas del mismo sexo no era nada común, jamás supo de un caso así, o por lo menos no con muchos detalles.

Cuando llegaron a su casa, en medio del salón su madre le gritaba a Chaeyoung miles de cosas que ya no entendía, pues estaba tan rota que simplemente se había desconectado y sin prestar atención a nada solo miro a los ojos a su madre por primera vez en mucho tiempo y dijo, — ¿Por que me hacen esto mamá?, ¿por que si no hemos hecho nada malo?, ¿por que si yo la quiero?, y el amor no es malo, de hecho papá y tú fueron los que me enseñaron eso.—

120 AÑOS (MICHAENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora