V.- El viaje y la carta

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Los años seguían transcurriendo normalmente, Chaeyoung estaba por cumplir 16 años, y su padre tan consentidor como siempre, pensó que sería una buena idea, el que su pequeña conociera un poco más el mundo, como también lo había hecho cuando Jeongyeon cumplió 16 años, al mandarlas de viaje por París, Londres, Madrid y Roma, así que decidió mandarlas junto con sus parientes en un tour que duraría casi tres meses, donde Chaeyoung pudo conocer ciudades tales como Ámsterdam, Praga, Berlín y Viena, quería que su pequeña destacara de entre las demás, más bien no solo Chaeyoung, sino sus dos hijas, y por eso les quería mostrar el mundo, antes de que irremediablemente se casaran y formaran sus propias familias.

Sabía que ese día estaba muy próximo ya que Jeongyeon casi cumplía 19 años y su niña pequeña ya no lo era más, pues estaba cada día más cerca su cumpleaños número 16, y sabía que inevitablemente volarían de su nido, que encontrarían su destino al lado de un hombre y él no podía hacer nada contra eso, solo darles alas, y una visión más extendida del mundo, ese sería su regalo, para que cuando él ya no estuviera, sus hijas pudieran recordarlo con cariño y agradecimiento, sabiendo que siempre les quiso dar lo mejor del mundo.

Sin embargo en esos meses, si bien Chaeyoung se sentía feliz y maravillada por cada cosa que iba descubriendo. Calles llenas de luces y colores, de edificios extraordinariamente hermosos y calles llenas de gente interminable, de cultura y museos, de bellos rostros y miradas llenas de emociones, aún después de todo eso, en el fondo sentía que algo le seguía haciendo falta, en secreto extrañaba pasar la primavera cortando flores en el prado, extrañaba sentarse bajo la sombra de aquel gran árbol, y mirar a lo lejos, extrañaba correr libre, viendo todo tan inmenso que la hacían sentir diminuta e insignificante.

Extrañaba colarse en aquella pequeña cabaña abandonada a un lado del lago y tirarse en la hamaca, mientras contemplaba a Mina sentada en la orilla del pequeño muelle, con sus ojos puestos en el movimiento del agua, extrañaba bañarse en aquella pequeña cascada rodeada de flores, y mirar cómo sus amigas se divertían chapoteando en el agua, le hacía falta el olor a hierba y el viento helado que bajaba de las montañas, pero sobre todo extrañaba mirar a Mina, perderse en su mirada, extrañaba el calor de cada abrazo que se daban en cada despedida o bienvenida.

Eso era, extrañaba a Mina, por fin lo había entendido, no extrañaba todo aquello que hacía, si no que más bien extrañaba todo aquello que hacía al lado de Mina, hecha de menos aquella sensación tan extraña que revoloteaba en su estómago cada vez que sus manos se rozaban sin querer con las de Mina, extrañaba lo bien que olía su cabello siempre, como cuando Mina sonreía sus ojos parecían dejar de existir ya que la sonrisa le ocupaba toda la cara, extrañaba cuando Mina se quedaba a su lado aún cuando no decía nada, en aquellos días en que se sentía tan incomprendida por su familia, extrañaba lo malditamente bien que se sentía cada mínima palabra de aliento que Mina le daba, pues sabía que venían directamente desde su corazón, debido a que Mina no era una gran conversadora con nadie más, pero con ella, podía pasar horas hablando a la vez de todo y de nada.

Extrañaba mirar sus profundos y expresivos ojos color chocolate, extrañaba sentirse siempre protegida cuando estaba con Mina, debido a que todos la respetaban y quizá hasta le tenían miedo, debido a que era tan callada y seria, pero si todos los demás supieran realmente lo dulce y tierna que era, lo amable y protectora que era para con ella y Nayeon, además de que siempre tenía pequeños detalles con ellas que eran sus mejores amigas, aún que secreta y discretamente era más atenta y detallista con Chaeyoung, debido a que no quería que de ninguna manera Nayeon se sintiera desplazada, ofendida o remplazada por ella, debido a que sabía perfectamente que antes que ella, Nayeon estuvo acompañando y ayudando a que Chaeyoung lograra salirse con la suya siempre.

La extrañaba intensamente y las cartas que se enviaban ya no eran suficientes, sobre todo por qué Mina no podía responderle siempre debido a que Chaeyoung estaba constantemente cambiando de ciudad y esto hacía que el correo que en aquel entonces era bastante lento, no llegara, como mucho había recibido tres cartas de Mina y esto no le parecía justo, ya que ella por lo menos una vez a la semana le mandaba una muy extensa y detallada carta de todo lo que había hecho y a donde la habían llevado.

120 AÑOS (MICHAENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora