Capítulo 21

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- Realmente no sabes lo que dices, Dean.

- Ese es el problema, se perfectamente lo que digo. -mis mejillas de a poco adquirían color. Envolvió sus brazos en mi cintura y apoyó su rostro en mi cuello, haciéndome unas pequeñas caricias- Allie... quiere a Thomas, solo para ella.

Cerré mis ojos. Sabia que esto algún día pasaría, solo era cuestión de esperar.

Se notaba a millas que Allie y Thomas tenían algo, pero aun así, me hacia la desinteresada ¿qué haría con decirlo? Pues, definitivamente Allie no dejaría de sentir cosas por el, en cambio, habría actuado más rápido, y no quería eso.

- ¿Estas seguro? -mi voz sonó débil, y mis ojos se aguaron. No quería llorar, pero era algo casi automático. Recordé a Lukas y al chico que fue mi novio en la escuela; los dos sin resultados para el futuro.

- Mas que eso... ¿Defenderás a tu novio?

- ¿Mi novio? Eso creía, pero en realidad no somos nada. Fueron solo unos besos y ya... No hemos durado ni siquiera tres malditos días.

- Tienes razón... Son bastante inmaduros, ¿eh?

Mis labios se curvaron, a la vez que negaba y pasaba una mano por mi cara, corriendo el pelo de mi frente.

- ¿Quieres salir para olvidar esto? -preguntó, bajando la mirada.

- Por favor...

- Hay una fiesta por el comienzo de verano, ya lleva una semana

Levante mis cejas, recordando la "celebración" que se hacía por el inicio de verano. Nunca había ido a una, pero vaya que me habían hablado sobre ellas. Eran fiestas a las que iban solo adolescentes entre diecisiete y veinte años como máximo. Había todo tipo de alcohol, y al parecer, era a un lado de un río.

- Mañana, comienza temprano.

- ¿A qué hora?

- A las doce de la mañana para ti, ya que debes de tardar tres horas en arreglarte

- ¿Tres horas? Oh no, treinta minutos es mi huevo récord, muchacho.

- ¡Qué rápida, eh! -sonrío con diversión en su rostro. Si supiera que las chicas adolescentes, mayoritariamente, se demoran al rededor de una hora en estar listas...

- ¿Naciste con solo una neurona?

Achino sus ojos y una sonrisa apareció.

- Me descubriste, nací con una neurona mas que tu, pequeña.

Fruncí el ceño mientras que veía a Dean caminar hacia la puerta, para abrirla y posicionarse justo afuera.

- Eres más idiota que yo, si es que no te habías dado cuenta -sonrío burlón. Arrugue la frente y bufe. La verdad, es que tenía un poco de razón.

- Que te follen, Dean -tome la manija y cerré la puerta en su cara, otra vez.

Realmente se me estaba haciendo costumbre hacerle eso.

[ *** ]

- No.

- ¡Tu puedes, Erin! ¡Caminar sobre esas pequeñas piedras no es nada!

- ¡Ni de coña, Dean! ¡Traigo sandalias puestas!

- ¿Y entonces?

Hoy iríamos a la fiesta de inicio de Verano, ¿y saben lo que nunca me dijo? ¡Que había que caminar por un jodido bosque lleno de piedras! No reclamaría si es que tuviera puesta mis lindas y siempre confiables zapatillas, pero vamos, tengo sandalias de goma ¡de goma!

- Podrías haber elegido algo mejor que esas cosas que te pones en los pies. Eres millonaria, si es que lo habías olvidado.

- Nunca me ah gustado aprovecharme del dinero de los demás, ni siquiera del dinero de mis padres.

Me apoye en un árbol, preparándome para romperme un pie, o bueno, preparándome para lo que sea que pueda pasar.

- Esta bien, sube. -suspiro y se agachó, quedando de rodillas, dándome la espalda

- ¿Que?

- Hazlo o me arrepentiré. Sube a mi espalda.

- No me soportaras...

- Lo sé, soy muy débil. Tu eres delgada pero yo soy el que no tiene fuerza siquiera para levantar una caja.

- ¿Seguro que quieres llevarme?

El asintió.

Deberás que no quería que el me cargara, ¡Parecía una hoja! ¡Hasta el jodido viento podría llevarlo!

- No, Dean. Vamos, veré hasta donde aguanto. -giró su cuello y me examinó con las cejas alzadas. Se levantó y frunció el ceño. Yo solo alce los hombros

- El camino es muy largo, te romperás una pierna

- Si es necesario...

Dean me miró con inseguridad y suspiró, al parecer rindiéndose.

- Dime si quieres qu...

- Entiendo, tranquilo.

Sonreí y comencé a caminar, prácticamente, realizando un acto suicida.

[ *** ]

Un brazo torcido, el hombro dislocado, solo una pierna, tres dientes menos, y solo un dedo en ambos pies.

Eso era lo que pensaba que pasaría si caminaba por la piedras.

Pero no.

Me encuentro en un estado perfecto, e incluso, tengo el derecho a decir que me encuentro en un estado mejor que el de Dean.

Finalmente llegamos. Las personas en sus respectivos trajes de baño, los vasos repletos de alcohol, las pastillas con caritas sonrientes en las palmas de cada persona, la música, el río. ¿Se podría encontrar algo mas en esta fiesta? no lo creo.

Decir que habían mil personas era quedarse corto. Solo adolescentes. De seguro sabrán como terminara todo esto.

Note como el pálido chico de mi lado sonrío y deslizó uno de sus brazos por mi hombro.

- Tienes que divertirte.

- Eso es lo que haré. -respondí. Ya comenzando a deshacerme de mis pantalónes cortos.

- ¿Erin? -una de las voces más graves que alguien haya podido escuchar. Y la conocía del todo.

- Umh...

- Hola

- ¿Quién jodidos eres tú?

- Soy Liam, novio y futuro esposo de la chica que tienes a tu lado. -Dean arrugo la frente y me observó.- No me mal interpretes, pero tienes a mi chica.

- ¿Tu chica? -pude notar como el pálido oji-azul ocultaba una carcajada.

Rodé los ojos y observé, recién, que Derek se encontraba a su lado, y no estaba solo.

- ¿Kelsey?

Kels estaba más que sorprendida. Tanto, que podría apostar a que en cualquier momento se caería de espaldas.

- Dios mío... -mi amiga frunció el ceño cuando vio a Dean, luego, volvió su vista hacia mi, y otra vez, hacia Dean.- ¡Chico, te amo! ¡Dos malditos años intentado que Erin viniera y tu lo lograste en tan solo un jodido día! Debo admitir, que siento un poco de celos.

¿Recuerdan cuando les dije que me habían hablado sobre esto? Pues ya tienen su respuesta. Kelsey llevaba un buen tiempo intentando convencerme, y realmente me resulto extraño que este año no me preguntara, pero ahora veo el porque; tenía a alguien perfecto para que la acompañara

- ¿Solo vinieron ustedes tres? -fruncí mis labios. Rogando que Heather no estuviera.

- Pues... Mile esta acá. Heather no ah podido venir, saldría con sus amigas de compras -informó Derek, chocando su puño con el de Liam.

- Nuestro día de suerte -susurró mi amiga, asegurándose de que solo yo escuchara su comentario.

Entre dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora