Capítulo 17

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- ¡Que diablos es esto!

Oh, oh.. Kelsey ah visto su auto

- ¡Erin Jane Woodley! -juro que podría imaginar su cara arrugada y roja por el enojo incluso a mil kilómetros de distancia.

Me dirigí hacia el auto, donde se encontraba Kelsey. Su rostro era.. Inexplicable, sólo eso.

- ¡Mi bebe! ¡Oh, Juanita! -se tiró a su auto y empezó a acariciarlo- ¡Juro que haré pagar al que hizo esto, Juanita! ¡Lo prometo! -levanto su rostro con el ceño fruncido, y dirigió sus ojos hacia mi, no miento cuando digo que llamas desprendían de sus ojos, y cuernos salían de su cabeza.

Me había metido con el lado oscuro de Kelsey, y eso nunca salía bien.

- ¡Tu! ¡Maldita! -me apunto. Gire sobre mis talones y empece a correr como si no hubiera un mañana... Sentía como me perseguía. Oía sus gruñidos, y palabras que de seguro no tengo derecho a decir.

- ¡Me despierto con una resaca que ni siquiera aguanto y aparte de que veo a mi preciosa Juanita con la parte delantera abollada! -manifestó, persiguiéndome por la gran casa.

- ¡Lo siento, Kelsey!

- ¡Con un simple lo siento no arreglas a mi Juanita!

- T-te comprare otro auto ¡Otra Juanita más mejorada! ¡Incluso te comprare dos Juanitas!

- ¡Quiero a mi Juanita original! ¡ORIGINAL!

- ¿Qué harás cuando me pilles, eh? ¡¿Me matarás?!

- ¡Al menos eso intentare!

- Nunca me atraparás, Kels. Fui la más rápida en mi clase de gimnasia.

Se escucho un bufido de su parte, y paro de perseguirme, al mismo tiempo que yo paraba de correr - Tal vez no te pueda matar a ti, pero ya se a quien si, o mejor dicho a que... -su rostro lo decía todo, planeaba algo, y no era nada bueno.

Subió la escaleras tropezando y botando todo lo que se cruzará en su camino, yo, por inercia y miedo la seguí. En cuanto iba a entrar a uno de los cuartos...

Oh, Y para que sepan, no era cualquier cuarto, era mi cuarto.

Kelsey me cerró la puerta, dejándome afuera.

Segundos después, que para no mentir, parecieron años, escuche el seguro de la puerta desbloqueándose, así que aproveche y entre.

Decir que vi la peor escena que me hubiera podido imaginar era poco;

Mi diario, en sus manos, y eso no era lo único que tenía... En la otra mano tenía un encendedor, el cual se acercaba más y más a mi diario, para quemarlo, y convertirlo en cenizas que pronto nadie recordaría.

En este momento sólo podía pensar en tres cosas, en tres planes;

Plan A; lanzarme a Kelsey, sin importar que había una ventana abierta detrás de ella, por la cual podríamos caernos, dejándonos resultados que no podría imaginar.

Plan B; Lloriquear y Rezar para que no le haga nada a mi hermoso diario. Pero perdería mi orgullo, lo cual no esta en mi lista de planes ni en mil desagradables años.

Plan C; hacer como si no me importara e irme, dándole la espalda a mi más preciado tesoro.

Empecemos dándoles lógica.

El plan A, Dios, No, Moriría, o me rompería algo.

Plan B, estúpido, no suena a mi, ¿A quién le gustaría perder su orgullo?

Entre dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora