Capítulo 2

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¿Alguna vez han querido dormir y no despertar nunca? Pues eso es lo que me esta pasando ahora. Cada día es aún peor sin ellos, cada día estoy más cansada. Sinceramente nunca imaginé que mi estado de ánimo se encontraria tan bajo por la muerte de mis padres, digamos que ellos no eran del todo cercanos, nunca pasaba tiempo con ellos, no parecíamos familia. Pero ahora he notado que los amaba ya que han pasado dos semanas... y los sigo extrañando como nunca.

- Erin, querida, ¿podrías llevar a tu sobrino al parque? -Preguntó mi tía.

¡Se acaban de morir mis padres! ¡Solo quiero estar sola!

- Claro... -Arrastre mis pies hasta llegar donde Ben, mi primo, el cual estaba dibujando una rara versión de "Spiderman".

- ¡Erin! Al fin sales, te extrañé mucho -Se trepo en mi y envolvió sus brazos por mi cuerpo. Hace tiempo que nadie me abrazaba. Hace dos semanas no veía a Ben, o a alguien que no fuera mi tía.

Nos dirigimos hacia el parque y Ben decidió jugar a los columpios. Yo me acomodé en unos asientos que se encontraban lo suficientemente cerca de el.

Escuchaba a todos los niños riendo, y a todos los padres que jugaban con sus hijos, el sonido se fue alejando... poco a poco y lo vi. Ese chico otra vez, ¿estoy alucinando? Siempre lo veo en mis sueños, o a dónde sea, ¿qué me esta pasando?

Esta vez vestía con una camisa y sostenía un cigarrillo en su mano izquierda. Momentos después, Se fue, nuevamente.

- Disculpa guapa, ¿hay alguien sentado aquí? -Una voz completamente ronca se escuchó atrás de mi, y sentí a alguien que me rozó la espalda. Di la vuelta, y ahí estaba el, otra vez

- ¿Quién eres tu? -Pregunté sobresaltada y me levanté de los asientos-. ¿Por qué siempre te veo? -Pausé. el chico me miraba extrañado, con una mueca y las cejas levemente arrugadas, lo cual no me hacia sentir cómoda-. ¿Por qué me recuerdas a alguien?

- ¿De qué hablas? -Rió el chico.

- Te veo en todas partes -Fruncí el ceño y di un paso atrás, alejándome de el.

- Vaya, al parecer es el destino -Sonrió. ¿En serio estaba alucinando? ¿En serio todo esto era falso? Todas las imágenes que veía de el... ¿eran sólo mi imaginación?

- Mi nombre es Thomas, ¿y el tuyo? -Preguntó el. Sus ojos, sus ojos eran hermosos, y brillaban más aún cuando sonreía.

- Me... me llamo Erin -ERROR, ¿como le doy mi nombre? ¡El puede ser el posible asesino!

- Gusto en conocerte, Erin -Tomo mi mano y la besó.

¿Beso mi mano? ¿pero de que año es este chico? ¿Del 24 antes de Cristo? ¿De la época de los dinosaurios?

- Y, ¿qué hace una chica cómo tu, sola? -Me preguntó y sonrió.

- No estoy sola.

- ¿No? ¿y como se llama tu novio?

no le voy a responder, no le voy a responder...

- Ben -Susurré y bajé la mirada. No podía creerlo, el soltó una leve carcajada.

- ¿Ese niñito de 9 años es tu novio? -Señaló a Ben y volvió a reír.

- ¿Qué? -Me sonrojé. Algo totalmente raro en mí-. ¿Cómo sabes que el se llama Ben?

- No me digas psicópata o loco, pero desde que llegaron los he estado observando.

- Eres un psicópata -Sonreí.

Esta bien, esto si que es raro, ¿sonreír? ¿yo?

- ¿Qué te parece una cita? -Dijo "Thomas".

- No... no estoy segura, me recuerdas mucho a una persona, que no es del todo bonita, tengo malos recuerdos de el.

- Vamos, no seas mala, no me dejes en ridículo -Sonrió. No puede existir sonrisa más perfecta que esa.

- Esta bien...

no está bien, lo acabo de conocer, y estoy segura que el tiene alguna relación con la persona que mató a mis padres.

- Bueno, mañana, paso por ti a las... ¿seis?

- Seguro... ¿A dónde iremos?

- Te sorprenderé -Besó mi mejilla y sacudió su cabello-. Nos vemos, guapa.

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Thomas en multimedia

Entre dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora