Capítulo 14

594 63 1
                                    


—¿Qué te pasa, hija? —dijo, cogiendo mi cara entre sus manos y besando mi frente.

Dejaba las meriendas en las habitaciones de los residentes. Y ahora estaba en la habitación de Dorothy. Evidentemente, ya se había dado cuenta de que había algo entre Aaron y yo. Y si no, sospechaba algo. Y no sabía si debía decírselo; era una situación atípica.

—Está todo bien, no pasa nada —solté un suspiro mientras recogía los tableros—, es lo de siempre, ya lo sabe... Susan, me tiene hartita.

—Bueno, mi niña, pero ya sabes cómo ella es.

—Sí, pero el día que me pille con una mala hostia de esas que me salen solas, se va a liar una muy gorda. Ya lo veo venir —Dorothy se río de mis confesiones.

—Me duele mucho que pasen estas cosas y que esa mujer os tenga atragantados.

—Dorothy, no se preocupe, esa mujer no es normal, se cree la directora del centro. A ella le gustaría. Ya me apaño yo con ella. Sé que está disgustada por lo que le dijo Aaron —me detuve y la miré. Me sonrió. Me di cuenta de que había metido la pata y le había dado más información de la que debía. Además, le había llamado a su hijo de Aaron. Intenté disimular tanta confianza—De todos modos, estoy orgullosa de todo lo que hago, y no puede estar siempre tirando por tierra lo que con tanto esfuerzo logré.

—Por supuesto, jovencita, ni siquiera lo dejes. Es una mujer muy amargada. Pero háblame de ti y de Aaron. ¿Cómo va el negocio? ¿Cómo os estáis llevando? ¿Te trata bien?

Demasiadas preguntas para todo lo que podría contestar. ¡Oh, Dorothy! Si pudiera hablar, te diría que tu hijo es un príncipe de cuento de Disney. Que estoy loca por él. Que es un Dios en muchas cosas cuya moral no me deja compartir. Durante esta semana, después de esa primera vez juntos, hemos hablado por teléfono y por mensajes y debo decir que las cosas han cambiado mucho. Me hablaba en un tono muy diferente, siempre preocupado y lo veía feliz. Yo también me alegré por ello y me sentía feliz. No teníamos nada definido y no volvimos a vernos después de esa noche. O, mejor dicho, los dos días que estuvimos juntos. Porque no me dejó salir de la cama en todo el día. «Dorothy, tu hijo es un semental de pura cepa, ten cuidado».

—Muy bien, es decir, estamos trabajando en el proyecto y hasta ahora todo va bien. Esta semana tenemos una reunión con algunos proveedores. Estoy un poco nerviosa, pero creo que todo irá bien. El Sr. Miller es realmente un muy buen profesional.

—Sí, mi hijo es muy bueno en lo que hace, y no solo eso. También es bueno para hacer que los corazones latan un poco más rápido. —La miré con los ojos muy abiertos—. No me tomes por tonta, jovencita. Sé que hay algo más que no me estás contando.

—¡No! No hay nada, Dorothy. Sabe perfectamente que se lo estoy contando todo.

—Oh, niña. Ya sabes lo que quieres decirme, tú sabrás lo que quieras contarme y te lo respeto, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Sé que mi hijo puede ser un verdadero rompecabezas a veces. No dejes que te intimide. Se viste como un lobo, pero sigue siendo un cordero que quiere estar en paz.

—Lo tendré en cuenta, Dorothy. Gracias por todo.

Los días fueron pasando sin más, he podido volver a ver Aaron, porque aparecía en las visitas a su madre, pero por pitos y flautas, no hemos conseguido estar juntos más que un par de minutos, dentro de la residencia. Entre miradas y besos robados.

A la hora de la comida me estaba resultando cada vez más difícil ocultar cosas a mis compañeros.

—Te he visto hablando con el hijo de la Sra. Dorothy, el guapete —alegó Julia—, ¿Qué pasa entre vosotros?

MAGDA LLENA CON AMOR | TERMINADA Y COMPLETA | ROMANCE JUVENILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora