NARRA VANESA
Al día siguiente se fue pronto por la mañana. Insistí en llevarla pero me dijo que no hacía falta, que siguiera durmiendo un rato más y cogiera fuerzas para la cita que teníamos a las nueve. Cada vez que lo pensaba me subía algo por el cuerpo; llevábamos ya unas cuentas citas, pero esta era la primera vez que iban a verla casi cuatro millones de personas. Si bien es cierto que no había ningún rumor ni nada que indicara que ella y yo podíamos ser algo más que amigas, yo no era actriz y ella tampoco. Se me caía la baba al verla, y eso me era difícil de controlar.
Me levanté de su cama casi a las 10. Me gustaba tener la confianza con ella de poder quedarme ahí y desayunar con calma antes de irme a mi casa. Fui hasta la cocina y, cuándo me iba a servir café que ella misma había dejado preparado, me encontré una notita sobre la encimera:
«Buenos días preciosa, desayuna rico y coge fuerzas para la que nos espera esta noche. No sé que hora será, pero te aseguro que estaré en este momento pensando en ti»
Quise chillar de todo el amor que sentía dentro. ¿Qué había hecho yo sin esta tía toda mi vida? Le respondí a su nota con una foto mía desayunando y le prometí estar puntual esta tarde en el informativo. Ana ya se encargaría de eso.
Volví a mi casa tras desayunar, y allí me metí de lleno con el piano y la guitarra. Tras la pausa para comer tuve otra entrevista por videollamada con Latinoamérica y, a las cinco, vinieron parte del equipo a por mí para dirigirnos a atresmedia.
-¿Nerviosa? -Anita me dio un golpe en la pierna. Sólo ella y Sole, que iba un asiento más atrás, sabían de lo mío con Mónica.
-No, ¿por?
-No sé -se encogió de hombros -es el informativo, lo ve muchísima gente. Además, Matías Prats, Mónica... Espera, ¿cómo se apellidaba?
No me podía creer lo que estaba haciendo. En el fondo tenía ganas de reír. Alguien de los asientos traseros respondió que Carrillo, y yo miré por la ventanilla para no darle un sopapo a mi manager.
Entramos al enorme lugar, aquel mismo que nos había juntado a Mónica y a mí la primera vez. Nos recibió muy amablemente el director de informativos y nos indicó qué camerino estaba habilitado para nosotros. Dejamos todas las cosas y nos acomodamos, aunque yo, no por mucho tiempo.
-Ahora vuelvo -me excusé.
Ana se rió y Sole le pegó un codazo. Lo agradecí, porque yo hubiera hecho lo mismo.
Salí al enorme pasillo e intenté recordar mentalmente dónde estaba el despacho de Mónica, y no me hizo falta buscar mucho porque enseguida me topé frente a él. Di un par de golpes con mis nudillos.-Adelante -oí con su dulce voz. Sabía que no se esperaba que fuera yo.
Asomé la cabeza y su cara fue un espectáculo. Me gustó que estuviera sola, porque así la podía besar con gusto.
Cerré la puerta detrás de mí y ella se levantó de su silla a mi encuentro.
-Hola, artista invitada -dijo en mi cuello, abrazada a mí. Lo besó y luego viajó hasta mi boca -estaba justo ahora haciendo tu entrevista.
-¿Ah si? -dije volviendo a darle un rápido beso -¿y no me puedes adelantar algo para así ir menos nerviosa?
-Será una entrevista sorpresa -dijo volviendo a su ordenador -pero te prometo que no te pregunto nada sobre tu vida privada.
-Menos mal -dije sentándome en su escritorio, al lado de sus manos-porque tendría que hablar de ti.
Sonrió y me acarició los muslos. Se enfadó cuándo quise mirar que estaba escribiendo y yo sólo podía reír.
ESTÁS LEYENDO
la quiero a morir <3
RomanceEsta es la historia de amor entre una de las cantantes más exitosas del momento, Vanesa Martín, y la periodista y escritora Mónica Carrillo. Todo lo que vais a leer es ficticio y tiene una única misión: entretener, vosotros leyendo y yo escribiendo...