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Hola!!! Me habéis escrito varias con que os saltó una notificación ayer de que había actualizado, y luego no encontrabais nada nuevo... ayer esto estaba loco, y a mí también me dio problemas; se me subió el capítulo pero luego, no sé porqué, me lo echó atrás. En fin, os lo dejo ahora por aquí a ver si tenemos más suerte. Espero que os guste, como siempre, y que me contéis cositas!!! Un besito gordo.

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NARRA VANESA

Me despertaron besitos por el cuerpo, haciéndome sonreír todavía sin abrir los ojos. Subió hasta mi boca cuándo sintió que ya me había despertado.

-Buongiorno princippesa -oí que decía Mónica en mi oído, en un sensual italiano. Sonreí tan fuerte como pude y recorrí con mis manos su cuerpo desnudo -¿preparada para otro día de amor en Roma?

-Preparadísima, mi vida -logré decirle volviendo a atacar su boca -¿has dormido bien?

-Muy bien, corazón -me moví y nos quedamos frente a frente, todavía muy abrazadas. El sol entraba por la ventana aquella mañana, dando justo en el pelo de Mónica, haciendo que estuviera especialmente clarito y brillante. Sus ojos, tan preciosos como siempre, me miraban fijamente, haciendo que el corazón me latiera fuerte.

Estuvimos un buen rato dándonos cariño, de buena mañana. Durante los días que estuve en América, sólo podía pensar en cuándo volviéramos a sentirnos así, tanto y tan bien. Tener contacto con ella, tocarla, olerla, sentirla mía, era lo que más deseaba. Aún me costaba creer que por fin podía volver a quererla así.

Menos de una hora después estábamos en una terraza al sol, tomando un maravilloso desayuno, muy cerca del Coliseo. Íbamos a dedicar la mañana a visitar aquellos sitios más turísticos, que era obligado que viéramos antes de irnos. Estábamos planeando qué hacer y en qué orden, cuándo algo nos llamó la atención.

-¿Has visto eso? -me dijo Mónica soltando la mano que tenía entrelazada a la mía y mirando a su alrededor.

-Lo he visto -afirmé -nos han hecho una foto.

-Joder -se quejó -¿quién? No veo nada.

Yo tampoco encontraba el origen del flash que habíamos visto, hasta que volví a sentirlo a mi derecha. Desvíe mi mirada tan rápido como pude y vi a un chico con una cámara en la mano. En cuanto mis ojos se posaron en los suyos, se dio la vuelta y lo perdí de vista. No me podía creer que nos hubiera pasado eso, y menos en otro país que no era el nuestro. Miré a Mónica, que no había dicho nada desde hacía un rato.

-¿Estás bien? -le pregunté viendo que tenía la mirada perdida.

-Estoy bien, pero un poco asustada -me dijo agarrando mi mano -no sé, no me esperaba esto ahora, y menos aquí.

-Mierda, Mónica -me lamenté, mientras movía mi silla arrastrándola al lado de la suya, para abrazarla. Ella me correspondió rodeando mi cuerpo.

-¿Las sacarán? -me preguntó tras un rato, ya más tranquilas.

-No lo sé, cariño -negué -tampoco son muy comprometidas, ¿no?

-Estábamos de la mano, Vane -me dijo mirándome -y estamos en Roma. No creo que haga falta que sean más explícitas.

Supe que tenía razón. Aún así, me dediqué a besar su cabeza un rato, sin decir más, y haciéndole suaves caricias en su brazo.

-Y si salen, ¿qué pasaría? -me atreví a decir -nunca hemos hablado mucho de este tema.

-Pues no lo sé, Vane -dijo suspirando -no me hace especial gracia, ya lo sabes, pero...

Esperé paciente a que siguiera hablando. Tardó en seguir, pero acabó por concluir su frase.

la quiero a morir <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora