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NARRA VANESA

Tras pasar otra espectacular noche juntas, nos levantamos temprano para ir al aeropuerto. Teníamos el vuelo de vuelta a Madrid al mediodía, pero habíamos decidido despertarnos pronto para ir a desayunar algo rico antes. Nos dimos una ducha juntas, nos vestimos, y cerramos las maletas para tenerlo todo listo cuándo partiéramos al avión.

Íbamos de la mano por una céntrica calle cercana al hotel, en busca de una cafetería donde tomar algo rico para llenar nuestros estómagos. Cuándo nos sentamos y nos dispusimos a mirar la carta, el móvil me sonó. Anita.

-Hola corazón -dije nada más descolgar -¿qué ha pasado?

No era habitual que Ana me llamara en días como ese; estaba en mi tiempo de descanso tras el viaje que habíamos hecho días antes a América. Solíamos intercambiar mensajes, asegurándonos de que ambas estábamos bien, pero no llamadas.

-Hola Vane -noté un tono serio, que me inquietó -perdona por llamarte, pero tengo que contarte una cosa.

-¿Qué pasa? -volví a decir.

-Van a salir las fotos -me dio un vuelco al corazón -las ha comprado una revista de corazón a un particular.

Estuve en silencio unos segundos. El día anterior, en cuanto sucedió todo el tema de las fotos, se lo había contado a mi manager. Me prometió asegurarse de si era una falsa alarma o realmente todo iría hacia delante; no me imaginé que fuera a ir todo tan rápido.

-¿Qué más sabes? -dije finalmente, tras un rato. Mónica me miraba y supe que sabía de qué estábamos hablando.

-Sé que son bastante comprometidas, Vanesa -me dijo Ana -llevo buena parte de la mañana intentando frenarlo, pero no hay vuelta atrás. Os han cogido.

Suspiré. La verdad, aunque había pensado que este momento llegaría, no sabía que sería de ese modo. Hablé unos segundos más con Ana, dándole las gracias por contármelo, y acabamos por colgar.

-¿Cuándo salen? -me preguntó Mónica directamente, mientras yo dejaba en móvil sobre la mesa.

-Esta semana -le dije. Le agarré la mano e intenté estudiar su expresión ante los hechos -lo siento.

-No digas tonterías -me miró -¿qué vas a sentir?

-No sé -resoplé -sé lo que temías que pasara esto.

-Sí, pero ha pasado -me dijo mirándome -y no podemos hacer nada para remediarlo. No pasa nada, Vane.

-Me da miedo que pueda afectarnos -le confesé.

-A mí también -me respondió -pero sé que vamos a esforzarnos mucho para que eso no pase.

Asentí con la cabeza, y ella me dedicó una sonrisa cómplice. Confiaba en nosotras lo suficiente como para que entre las dos consiguiéramos llevarlo de la mejor manera posible, pero inevitablemente tenía detrás el runrún de anteriores relaciones; el tema de las primeras fotos, rumores y suposiciones había calado y afectado especialmente con mis anteriores parejas. Recordaba a la perfección unas fotos que nos habían sacado a Inma y a mí, muy acarameladas por una calle madrileña, hacía años. Habíamos discutido tanto, que incluso nos tomamos unos días separadas para gestionar la situación, tratando de pensar cada una en nosotras mismas y en lo que esperábamos de la que teníamos enfrente. Era la primera vez que nos sucedía a Mónica y a mí, y aunque no sabía qué reacción íbamos a tener, confiaba en que el amor mutuo que nos teníamos ganara a todo lo demás.

-La gente va a flipar -dijo de repente Mónica, tras pedir el desayuno.

Me reí y asentí con la cabeza.

la quiero a morir <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora