Lo prometido es deuda: el segundo del día. El más largo hasta el momento, además. Espero que os guste!! Ya me contaréis <3
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NARRA MÓNICA
-A partir de ahora, estará veinte días volviéndome completamente loca -me dijo Ana entre risas.
Era el día en el que su aventura comenzaría; Vanesa y yo nos habíamos dedicado en cuerpo y alma los días anteriores en despedirnos como nos merecíamos, con comida rica, buen vino y mucho sexo, olvidando todo el mal trago que habíamos pasado. Era por la mañana y Ana había venido a buscarla a mi casa, para ir directamente al aeropuerto y coger el vuelo que las llevaría a la capital argentina.-Te deseo suerte -le dije riéndome también -la verdad, te cae un buen marrón.
-¡Oye! Que os estoy escuchando, sinvergüenzas -se quejó Vanesa desde el dormitorio, donde estaba recogiendo sus últimas cosas antes de irse.
Ana bajó a meter las últimas maletas en el coche, dejándonos a Vane y a mí un pequeño instante de intimidad antes de que toda la vorágine comenzara.
-Échame mucho de menos, ¿vale? -le dije rodeando con mis brazos sus hombros. Vanesa sonrió.
-Ya lo estoy haciendo, y aún no me he ido -le devolví la sonrisa.
-Te quiero mucho, artista -dije tras un sutil beso -estoy muy orgullosa de ti. Me tienes aquí para celebrar cada éxito, por pequeño que sea.
-Yo también te quiero -me respondió -eres la primera persona en la que pienso, siempre. Te llamaré siempre que pueda.
-Y me mandarás fotitos -le amenacé levantando mi dedo.
-Y te mandaré fotitos -me fijo obediente -y tú a mí, muchas. De ti, de tu carita, de tu cuerpo, de los perretes, de lo que comes, de donde estás.
-¿En ese orden de preferencia?
-No -negó -tú cuerpo va por delante de todo.
Me reí y le pegué un empujón en el hombro, que nos hizo reír todavía más. Nos abrazamos muy fuerte antes de que se fuera; Ana ya la estaba esperando abajo.
-Te quiero -me dijo en el oído -cuando nos queramos dar cuenta estaremos juntas de nuevo.
-Estoy segura, cariño -dije -yo también te quiero.
Apenas treinta segundos después se fue. Y tuve ganas de llorar, pero me contuve. Yo hice aquello que siempre hacía cuándo tenía algo que celebrar o algo que lamentar: llamé a mi amiga Patri, mi gran confidente y compañera de tantos momentos.
-Te necesito, ¿comemos? -le dije nada más sentir que había descolgado.
-Ya se ha ido, ¿no?
-Sí -respondí desganada -tengo un bajón...
-Comemos -me dijo -¿te recojo en tu casa a las dos?
Y así quedamos. Hasta ese momento me dediqué a poner orden a la casa, ya que entre nuestra despedida y el fin de semana de trabajo anterior, apenas había tenido tiempo. Recogí la cocina, el
dormitorio y pasé al salón. Guardé un par de libros que estaban sobre la mesa y cogí la guitarra que Vanesa habituaba a tener en mi casa para apoyarla sobre la estantería, ya que la noche anterior había estado cantándome en el sofá. Sonreí al recordarlo.
Cuando volví hacía la mesa, algo me llamó la atención. Un pequeño papel doblado reposaba sobre una de las múltiples velas que había en casa. No tuve duda de qué era, y lo abrí con emoción.«Cada segundo, cada kilómetro, cada canción, cada acorde. Siempre pienso en ti. Ya te estoy echando de menos, mi amor»
No sabía como contener todo el amor que había en mí pecho. Ella no lo sabía, pero yo había hecho exactamente lo mismo aquella mañana metiéndole en su maleta otra nota donde le decía todo lo que la quería. Justo en ese momento, como por arte de magia, me mandó un mensaje.
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la quiero a morir <3
RomanceEsta es la historia de amor entre una de las cantantes más exitosas del momento, Vanesa Martín, y la periodista y escritora Mónica Carrillo. Todo lo que vais a leer es ficticio y tiene una única misión: entretener, vosotros leyendo y yo escribiendo...