43

1.8K 81 19
                                    

¡Hola! Como me alegro de que os estén gustando tanto los últimos capítulos. El otro día me preguntó alguien si la historia iba a durar mucho más, y la verdad: no lo sé. Sabéis que no tengo ningún guión y simplemente escribo cuando y lo que me apetece. De todos modos, de momento, aquí sigo ;)

Disfrutad de este nuevo capítulo llenito de amor!!!!! Mira que me lo pedíais... aquí lo tenéis. Besotes.

_______________________________

NARRA VANESA

Febrero llegó, y con él la vuelta a la normalidad. Fue un mes que empezó tranquilo, sin mucho trabajo y organizando mil asuntos para lo que se venía con la llegada de la primavera.

El día trece teníamos los vuelos para nuestro deseado viaje a Roma; llevábamos esperándolo varios meses con ansias, por todo lo que significaba para nosotras esa ciudad, y todo lo que nos gustaba pasar tiempo juntas de viaje. Yo, además, tenía unos nervios añadidos, debido a lo que llevaba varios meses pensando en hacer allí. Le iba a pedir que se casara conmigo.

Hacía doce meses habíamos tenido una bonita conversación en un precioso mirador de la ciudad.

«Te prometo que el día que lo hagamos, vendré hasta aquí para pedírtelo. Te lo pediré aquí»

Eso le había dicho aquella noche. Recordaba a la perfección la cara de amor de Mónica al oírme, y su risa nerviosa cuando le dije que respirara, que no se lo iba a pedir en aquel momento. Ella, en cambio, me respondió que me hubiera dicho que sí, y que me quería.

Lo tenía grabado con fuerza en mi mente, y era un pensamiento que a menudo volvía a mi cabeza. Lo recordaba con mucho cariño, y deseaba con todas mis fuerzas volver a estar con ella en aquel mismo punto, pero con un anillo en mi bolsillo para regalarle y prometerle mi amor para siempre.

Doce meses después, decidí que era el momento de cumplir aquel sueño que teníamos guardado en nuestros corazones. Era consciente de que nuestra relación estaba en un punto perfecto para hacerlo, y que a ambas nos hacía mucha ilusión. Definitivamente, era el momento de dar el paso.

-¿Me distraes? -le dije, como tantas y tantas veces, cuando el avión comenzó a moverse.

-¿Besitos o charla? -me dijo girándose en su asiento y mirándome.

-Besitos.

Mónica rió y dejó su móvil entre sus piernas. Agarró mi cara entre sus dos manos y me dio un par de besos de película, que me dejaron algo atontada.

-¿Mejor?

-Sí -asentí -gracias.

-Me gustaría ver cómo te distrae Ana cuando vais las dos solitas en avión.

-Te prometo que así no -dije riendo, refiriéndome a como me había estado besando hacía unos segundos.

-Me dejas más tranquila -me respondió -tenía mis dudas.

Reímos y, como de costumbre, me acurruqué en su cuerpo mientras ella sacaba el libro que estaba leyendo en aquel momento.

Roma nos recibió con un sol impropio del mes en el que estábamos, pero que nos alegró infinitamente. Cogimos en la puerta del aeropuerto un taxi que nos llevó al hotel, que era exactamente el mismo que aquella primera vez. Me apetecía que así fuera, y Mónica me había contando lo especial que le parecía estar en aquel precioso hotel de nuevo juntas.

-¿Es la misma habitación? -preguntó Mónica al entrar al interior de la misma.

-No, pero es casi igual -afirmé -recuerdo perfectamente esa bañera. Y esa cama. Y ese sofá.

la quiero a morir <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora