NARRA VANESA
Los años después de nuestra boda fueron todos fantásticos. Mónica y yo nos quisimos cada segundo, sin descanso ni interrupción.
Nuestra historia hasta hoy tiene mucho que contar. La mayor novedad quizás es que en esta casa ya no soy la única que se desvive por ella.
-¡Mamá, mira! -oí desde el estudio, mientras terminaba de ponerle música a una canción.
Mónica estaba en la cocina, preparando la cena, mientras Paulita se entretenía en el salón con Camarón, dibujando con sus pinturas. Salí sigilosamente a ver a mis chicas, sin que se dieran cuenta de mi presencia, porque las echaba de menos.
-¿Has hecho eso tú solita? -preguntó Mónica señalando un papel sobre la mesa garabateado por nuestra hija.
-Sí, solita, mamá -dijo muy presumida -¿Paula mayor?
Mónica se derritió con la pregunta de Paula, que la miraba muy seria con su camiseta y su pañal al aire.
-Súper mayor, mi amor -le respondió finalmente abrazándola contra su cuerpo y dándole besos por toda su carita -estás haciéndote muy grande, cariño.
Sonreí viéndolas, sin que ellas se dieran cuenta de que estaba ahí.
Paula había nacido hacía ya casi tres años, tras un largo tratamiento para que Mónica se quedara embrazada. No fue fácil y no salió a la primera; sabíamos que era algo que podía pasar, y nos lo tomamos con calma, sin perder los nervios y disfrutando del proceso. Casi un año después se quedó embarazada, y fue, siendo sincera, el culmen de nuestra felicidad. Ver aquel «embarazada» en el test nos hizo llorar a ambas, querernos más que nunca y abrir las puertas a la más absoluta felicidad. Íbamos a formar una familia.
Nueve meses después llegó nuestra bebé. La niña más deseada, amada y mimada de este mundo. El día que la tuve en brazos por primera vez, mi vida comenzó a tener sentido.
-¡Mami! -Paula me quitó de mis pensamientos, corriendo hacia mí con sus ricitos botando con ella y sus dientes de leche asomando entre su boquita.
-Hola, cariño mío -la alcé y se quedó abrazada a mi cuerpo, mientras besaba su moflete.
-¿Canción? -preguntó saliendo de nuestro abrazo, y mirándome de cerca.
-Luego la termino, ¿vale? -le respondí -y te la enseño.
-¡Sí!
Reí antes de volver a darle otro besito. Caminé con mi hija en brazos hasta Mónica, que estaba ahora mirándonos a nosotras apoyada en el marco de la puerta de la cocina.
-¿Nos espiabas? -me preguntó mi mujer tirando de mi cintura hasta ella y dándome un rápido beso en los labios.
Negué riendo, mientras dejaba a Paula en el suelo y entraba en la cocina, impulsada por el buen olor que había ahí dentro.
-Qué bien huele -dije sincera, mirando todo lo que estaba sobre la encimera, incluida la botella de vino abierta y lista para servirse -¿qué celebramos?
-Que nos queremos, que tenemos una hija maravillosa y que estás haciendo un disco precioso -me dijo mientras alcanzaba la botella y servía dos copas -¿te parece poco?
-Me parece estupendo, cariño -reí y alcancé el vino, mientras hacíamos un brindis y dábamos el primer sorbo.
La besé un ratito, pero en seguida volvió a su tarea en la cocina, sin dejarme ayudar en nada. Fui hasta la alfombra del salón con mi niña, sentándome a su lado.
-¿Y este dibujo tan bonito? -le pregunté cogiendo uno de los folios sobre la mesa y observándolo. Era muy pequeña pero tenía una especial felicidad para el dibujo, y ya se le comenzaba a notar.
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la quiero a morir <3
RomanceEsta es la historia de amor entre una de las cantantes más exitosas del momento, Vanesa Martín, y la periodista y escritora Mónica Carrillo. Todo lo que vais a leer es ficticio y tiene una única misión: entretener, vosotros leyendo y yo escribiendo...