la quiero a morir <3

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Holita!!! Aquí tenéis capítulo nuevo. Antes de nada me veo en la obligación de AGRADECEROS de nuevo toda la cantidad de mensajes bonitos que recibo. Seré una pesada, pero no me acabo de acostumbrar.

Más cosas: me habéis preguntado también cuál es mi twitter; me hice uno explícitamente para cositas Vanica, y no molestar en mi otra cuenta más de lo debido ;) Este twitter del que os hablo es @laquieroamorir_ Si queréis seguirme y ponerme cositas bonitas, bienvenido sea también.

Dicho esto aquí os dejo con el capítulo!! Tuve hace unos días una pequeña crisis de no saber muy bien hacia donde tirar con la historia, pero creo que la he superado porque anoche escribí del tirón tres capítulos nuevos jijijiji los veréis próximamente, claro.

Un besito gordo y a soñar con este par de enamoradas <3
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NARRA VANESA

Un mes después todo seguía igual de caótico. Mónica siguió haciendo los informativos cada fin de semana, al mismo tiempo que comenzaba a hacer la promoción de su nueva novela, que tenía ya una fecha de salida muy próxima, en apenas días. Yo, por mi parte, seguí metida en el estudio, escribiendo y grabando, combinándolo con las últimas grabaciones de La Voz. Tanto ella como yo hicimos pocas apariciones públicas desde que saltó la noticia, pero los periodistas de corazón seguían al pie del cañón; unos días después de haber pillado aquella noche a Mónica por banda, donde la persiguieron hasta que ella llegó a su coche, me tocó a mí. No fue nada agradable, pero con ayuda de Ana, con quien por suerte estaba aquella tarde, conseguimos quitarle hierro al asunto y tomárnoslo de la mejor manera. Otro día, tras salir de cenar con las amigas de Mónica en un céntrico restaurante, también nos sacaron otras fotos, menos comprometidas, pero juntas, al fin y al cabo.

-¿Me pongo este negro? ¿O mejor este rojo? -oí que me preguntaba Mónica mientras se acercaba a mí.

Estábamos en su casa; tras comer y echarnos una siesta, yo me senté en el sofá con mis cuadernos y mi guitarra favorita mientras Mónica se metió en su habitación a decidir qué se iba a poner para un evento que tenía esa noche de la editorial, donde habían contado con ella para presentar una pequeña sección dentro del mismo y acudir posteriormente a la correspondiente cena con más escritores y escritoras, muchos de ellos de renombre.

Mónica se paró enfrente de mí con un vestido en cada mano, ambos cortos y ajustados, pero de diferente color.

-¿Te vas a poner un vestido entonces?

-Si, ¿no? No sé -se agobió en un segundo -¿no te gusto con vestido?

Reí, porque me parecía gracioso que fuera una opción para ella que no me gustase con vestido. O con cualquier cosa que se pusiese.

-Cariño, me gustas aunque vayas en pijama -dije soltando la guitarra y dejándola apoyada en la mesita.

-Ahora mismo, lo que más me apetece es ponerme el pijama -dijo suspirando -no sé que coño ponerme, me veo fea con todo.

-No digas tonterías -me levanté -cualquiera de estos dos vestidos te quedará espectacular. Pruébate uno, venga.

Hizo una mueca y se giró dirección a la habitación.

-¡Eh! ¿Pero a dónde vas? -la frené. Mónica se giró y me miró extrañada.

-A hacer lo que me has dicho -me contestó como si fuera obvia mi pregunta -a probarme.

-¿Y por qué no lo haces aquí? ¿No puedo verte desnuda?

-Claro que puedes verme desnuda, siempre que quieras -argumentó -pero no voy muy bien de tiempo, mira la hora que es y aún tengo que maquillarme.