lee dong wook

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⚠️ Aviso: para la ambientación del capitulo me basé en la creencia popular que tienen los católicos (no todos) sobre el infierno, demonios, etc. todos tienen su propia creencia y es totalmente respetable. Este capítulo no es con ánimos de ofender y está hecho con todo el respeto que toda entidad merece. Sin más, espero que lo disfruten ♡

POV: Lee dong wook es una poderosa entidad demoníaca. Hyorin es un alma en pena desterrada al infierno por ser una persona tirana. Al momento de ser juzgados, ella termina como esclava del demonio, encargada de asistirlo en todo momento y en todo lo que él quisiese. Al avanzar del tiempo, Wook termina volviéndose bastante dependiente de Hyorin, enamorándose y viéndola como un símbolo de protección y seguridad.

Los ojos de la mujer se sentían pesados, había pasado todo el día supervisando que la inmensa fiesta de su amo saliese a la perfección, estaba agotada. Sin embargo, sus tareas nunca acabarían allí. Ahora mismo se encontraba en la habitación del demonio, los invitados se habían retirado y sólo quedaba hacerlo descansar; la joven abrochaba los botones de la camisa de su señor mientras él la observaba fijamente, a veces eso la hacía sentir un miedo inexplicable, no era la primera vez que hacían esto, ni siquiera comenzaron hace poco tiempo. Decir que llevaba eternidades sirviéndole no alcanzaba para describir el tiempo que llevaba a su lado, sin embargo aún seguía temiéndole como el primer día.

No se atrevía a verlo, eso sería aún peor. A pesar de su gran atractivo, seguía siendo un demonio con restricciones tales como que un simple espíritu se atraviese a verlo directamente.- descanse.- habló la chica al terminar de abrochar el último botón de aquel fino pijama. Él sólo la observó, pero para su sorpresa, la mano de su amo tomó la suya impidiéndole dejar su pecho.
Con cuidado retiró el blanquecino guante de seda que formaba parte de su uniforme, dejándolo sobre su regazo antes de admirar la mano de su contraria. Analizaba sus dedos, su dorso, sus muñecas. Estaba maravillado, él siempre solía admirar los pequeños detalles en las cosas que consideraba hermosas. Y ella era una.

Pronto su mirada volvió al rostro de su sirviente más cercana, con su mano libre tomó su barbilla para hacer que lo mirase. - quédate conmigo.- susurró con un tono peculiar, no era arrogante, tampoco fue el de una orden, más bien fue una especie de... súplica. La joven estaba paralizada, pero aún así logró asentir. El miedo de pronto dejó su cuerpo, se sentía cómoda estando junto a él, era un extraño pero confortable sentimiento. Le gustaba.

Al ver que su respuesta fue positiva, el apuesto hombre sonrió seguido de ella. Un sentimiento desconocido inundó su corazón, nunca se había sentido así ¿era la felicidad de la que todos hablaban? Durante todo este tiempo había olvidado como se sentía, esa emoción abrupta que le hacía querer conceder deseos a cambio de nada más que sentirse así por el resto de la eternidad. Casi en un movimiento inconsciente llevó la mano contraria a su pecho nuevamente, esta vez dejándola sentir el enloquecido latido de su corazón.

Pasaron varios días en los que esa noche se repitió como en un bucle y hoy, ella lo acompañaba a pasear por los jardines de rosas que tanto adoraba, lucía como un ser irreal, simplemente adorando aquellas plantas con un inimaginable brillo en sus ojos, buscando finalmente a la chica.- Hyorin, ven aquí.- ordenó. El corazón de la joven dió un vuelco, nunca la había llamado por su nombre, ni siquiera sabía que lo recordaba. Se adelantó a caminar junto a él al instante y sin dejarla decir nada, el pelirrojo arrancó una rosa antes de obsequiarsela a su acompañante, pinchándose un poco en el proceso.

El no sonrojarse fue una tarea fallida para la joven, causando una suave sonrisa al demonio, sin dudas estaba viendo la octava maravilla del mundo. Totalmente avergonzada, bajó su mirada a la rosa que él le había obsequiado, notando un hilo de sangre proviniendo del dedo anular de su amo.- ¡mi señor, está sangrando! ‐ habló preocupada al notar como comenzaba a escurrirse al momento en que el demonio elevó su brazo para ver mejor.
En cuestión de minutos ambos llegaron a la habitación del hombre. Mientras lo curaba, Hyorin no pudo parar de pensar en el acontecimiento de hoy; mientras que su sangre aún se estrellaba en el suelo, él no paró de admirarla ni por un segundo con una dulce sonrisa en su rostro sin importarle lo que pasaba a su alrededor ¿acaso era lo que ella estaba pensando?.

Luego de darse un baño caliente, el demonio volvió al cuarto notando a Hyorin esperando para vestirlo y llevarlo a dormir. Una cálida sensación lo recorrió al verla, se sentía a salvo. Se sentía amado por primera vez. Sin saber por qué, su cuerpo se acercó al de ella por instinto propio tomándola entre sus brazos como si nunca hubiese abrazado a nadie antes.
Sus fuertes brazos rodeaban el cuello de su sirviente escondiendo su rostro entre su cuello y hombro, acurrucandose tal y como un niño pequeño. - mami.- susurró al sentir como sus ojos se llenaban de lágrimas por tenerla junto a él. La chica por su parte también lo abrazaba con fuerza, sosteniendo su estrecha cintura con sus brazos, aspirando el agradable aroma natural del demonio. Un cúmulo de ternura llenaba su corazón oírlo tan destruido frente a ella, sus lágrimas mojaban su uniforme mientras la abrazaba y sollozaba como nunca antes. Hyorin frotó su espalda por unos minutos, dejando que se descargase totalmente.- no m-me dejes, te lo ruego.- lloriqueó separándose para verla directamente, sus pequeños ojos la miraban tristes mientras trataba de no hipar. - nunca te dejaré bebé, siempre estaré a tu lado.- habló la joven llevando su mano al rostro de su amo, tocando sus mejillas con suavidad a la vez que secaba sus lágrimas.

Wook sonrió débilmente y no tardó en dejar un beso en sus labios, cediendole todo el control a ella mientras se limitaba a acariciar su rostro con una timidez inigualable. Ella era su debilidad, no podía evitar querer sentirla cerca a cada momento, cuidándolo y acariciándolo. Con ella se sentía vivo y no sé permitiría perderla jamás.

Me rebusqué y encontré tiempo para escribir algo por San Valentin, ¿salen con alguien hoy o se quedan en casa como yo? D: En fin, ¿les agradan este tipo de temáticas? ♡

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Me rebusqué y encontré tiempo para escribir algo por San Valentin, ¿salen con alguien hoy o se quedan en casa como yo? D: En fin, ¿les agradan este tipo de temáticas? ♡

𝗢𝗛, 𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora