⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ —Con que se mudaron ¿Habrá inauguración? — preguntó Gyeong a San, él negó.
Las clases habían terminado y luego del aseo cada uno iba a sus casas, yo caminaba detrás de ellos cargando mi mochila y la de CheongSan por ser la lacaya del día, I-Sak y On-Jo salieron a limpiar los patios mientras que yo había quedado en el salón limpiando la pizarra y las mesas.
—No habrá nada de eso — respondió.
—¿Qué? ¿Por qué no?
—No quiere ir porque su madre puso su nombre como nombre del restaurante — hablé antes que él, el castaño resopló.
—Les dije que cambiaran el nombre — mencionó molesto.
—Pero quiero ir hoy.
—Ya te dije que no. Además aún no llega la freidora.
—¿Y eso que tiene que ver? — se quejó.
San tecleaba en su celular, seguro peleando con su mamá sobre el nombre del restaurante, otra vez.
—Ah, mi mamá es insoportable.
—Ella te quiere, digo que es lindo — opiné, Cheong me miró mal.
—Es vergonzoso — afirmó con las mejillas rojas y Soo se rió de él.
CheongSan dejó caer su teléfono cuando On-Jo e I-Sak llegaron, la primera empujandolo amistosamente.
—¡Oye mi celular!
—Aquí estabas Gi-Gi, no podrás escapar esta vez. Toma lacaya, vamos a comer — y me tendió su mochila, la tomé de mala gana —. CheongSan, guianos.
