—¡No lo sé! ¡Solo era para disculparse y ella simplemente comenzó a gritar diciendo que debía de morir!
—¿Por qué no hiciste nada?
—¿Yo que iba a saber? La enfrenté y luego lloró, después solo se fue y la señorita la siguió.
Una puerta se cerró de golpe.
—Por favor, ya no griten.
—Miren, esta despertando.
Las voces se escuchaban lejanas, sentía mi cabeza punzar y estar recostada en algo incómodo, mi cuello dolía y mis ojos ardieron cuando traté de abrirlos haciendo que la luz de la mañana impactará en ellos obligándome a que los cierre de nuevo.
—Argh.
—¡Gi-Hye!
Doble argh.
—No grites idiota. — escuché que dijeron.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, un montón de caras estaban cerca de mí rostro y fue lo más tétrico que vi, grité porque la de Dae-Su estaba más cerca.
—¡Ay! — sujete mi cabeza ante la punzada dolorosa que me atacó —. Dios mio ¿Por qué estaban tan cerca de mí? Me dieron un susto.
—Lo sentimos. — Hyo Ryung pronunció con esa voz suave y temerosa —. ¿Estás bien?
La verdad es que no me acordaba de nada, solo que había estado en medio de una pelea en donde lo único que se escuchaban eran los gruñidos de zombies y gritos de parte de CheongSan, Su-Hyok y Gwi Nam...
