Esto no podría ir peor, perdí a mis amigos en el camino y terminé encerrada con quien menos esperé: Gwi Nam, y para colmo esté trataba de asesinar al director.
— Mierda — susurré.
¿Qué cómo fue que llegué aquí? Escapando de los zombies.
MOMENTOS ANTES
Los minutos en el salón habían pasado, no sabía cuántos puesto que nadie tenía sus teléfonos a la mano, ya que la señorita Park se los llevaba a la sala de profesores y los regresaba a final de clases.
En ese tiempo tuve que vendar mi tobillo con la venda que anteriormente estaba en mi muñeca, por el rasguño que me había dado Hyeon Joo, la herida no era tan importante, pero mi tobillo sí, considerando en la situación en la que estábamos, tener a una chica con un tobillo roto podría ser un obstáculo.
Lo sujete con la pequeña pinza y me aseguré de que este apretado, así el dolor sería menos y algo soportable si me levantaba para caminar o correr.
— ¿Estás bien?
— Su-Hyok, es la décima vez que me preguntas lo mismo, ya te dije que estoy bien.
— Perdón ¿Puedes caminar?
— Sí — le respondí —. Debemos de llamar a la policía — dije esta vez para todos.
Ellos me asintieron cuando recordamos que no teníamos nuestros celulares. Estúpida yo.
— Busquemos, con suerte y encontramos uno.
Pasamos al rededor de quince minutos buscando cuando I-Sak grito que había hallado uno.
Para nuestra mala suerte el teléfono tenía clave y los constantes chillidos de Na-Yeon diciendo que debíamos de llamar a la policía no ayudaban en nada.
