༺ Donde Ran se enamora profundamente de Emily haciéndola sentir amada y protegida, hasta que su falta de interés llega junto a una vieja conocida, haciendo sufrir a Emily en el proceso...
Ó
D...
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Mi cuerpo no reaccionaba y sentía puñales enterrarse hasta rasgar por completo los tejidos de mi piel, pues mis manos no se quedan quitas y desde hace ya media hora que he estado arañando con todas mis fuerzas mis brazos.
Tengo que parar
Pensaba, sin embargo no me detenía, no podía. Me concentraba tanto en respirar que ya se me había olvidado el cómo hacerlo.
La música que a lo lejos se escuchaba poco a poco comenzó a ser más difícil de entender, no sabía si estaba teniendo una hiperventilación, un ataque de pánico, o estaba quedando inconsciente; probablemente las tres opciones son acertadas.
Las voces que en mi cabeza yacían, no se quedaban calladas y atormentaban mis pensares. Simplemente no sabía cómo detenerlas, no sabía como hacer para dejar de tener aquellos temblores que crispaban todo mi cuerpo y no me dejaban tranquila.
Las luces de los autos que pasaban frente a mí a gran velocidad me cegaban, no podía ver con claridad. Solo sabía que estaba sentada en el frío cemento de afuera de la pequeña tienda, en la que sigue aquel hombre que no ha apartado la vista de mí; comienza a incomodar.
El frío comenzó a intensificarse, y yo solo traía ese estúpido suéter gris que no cubría ni una mierda.
Carajo, ¿qué me pasa?
Abracé mis rodillas y pegue estas en mi pecho, intentando brindar más calor a mi cuerpo. Claramente fue un intento totalmente fallido.
Sentí como me pusieron una chaqueta encima, y al voltear no podía creerlo.
— ¿Rindou? — pregunté, extrañada.
— Emily, vamos, sube. — me indicó en un suave susurro que logró calmarme un poco.
Me pare con dificultad y al ya estar de pie lo volví a ver, sintiendo como mis ojos se cristalizaban y un mohín se formaba en mis labios sin yo tener la intención de hacerlo.
— Rin... — dije, quebrándome al momento
Siendo recibida por sus brazos pues estaba a punto de caer al suelo, deje salir mis lágrimas sin restricciones, arrepintiéndome por completo pues sabía que Rindou no tenía mucha paciencia.
— L...lo siento. — me separé y comencé a tomar aire mientras con mis manos limpiaba los restos de lágrimas que yacían en mis mejillas ahora húmedas.
— ¿Por qué te disculpas? Ven vamos — me extendió la mano y en seguida la tomé.
Me guío hasta la puerta de su auto, en donde abrió esta y con delicadeza me subió al asiento del copiloto.
— Danielle, Emily, Emily, Danielle. — me presentó a una chica que estaba en los asientos de atrás.
