༺ Donde Ran se enamora profundamente de Emily haciéndola sentir amada y protegida, hasta que su falta de interés llega junto a una vieja conocida, haciendo sufrir a Emily en el proceso...
Ó
D...
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Jueves 25 de Diciembre del 2019 5:37 PM
Ava se quedo un rato más en la casa de los D'angelo mientras que Kyler se adelantaba al hospital, y es que tenía un plan, pero para eso; necesitaba de la cooperación de todos los seres queridos y cercanos de Emily.
— ¿Entonces se entendió lo que haremos?
— Claro, querida. — habló Lydia.
— ¿Jay?
— Cualquier cosa para ver a mi Emily, la haré... Se entendió a la perfección.
— Bien, también necesito que vistan de una manera linda a Aiki, ¿bien?
— ¿Aiki...? — preguntó Jay. — Carajo...
— ¿Qué pasa con él? — preguntó, más no hubo respuesta. — ¿Jay...? Por favor, díganme donde esta Aiki.
— Bueno, él comía hace como una semana, y luego no lo volví a ver... creí que Jay se hizo cargo.
— ¿Y no podías hacerlo tú? ¿O por lo menos decirme?
— Se supone que eres un adulto de cuarenta y tres años, creí que no debía de decirte las cosas porque no estoy casada con un maldito bebé.
— ¡Pero yo estoy casado con una enferma por el control! — grito, haciendo sobresaltar a Ava. — !Y ni siquiera siendo así pudiste notificarme que no te harías cargo del puto gato!
— ¡No te atrevas a alzarme la voz! — se puso frente a él, y poco importándole la diferencia de estaturas lo miró directo a los ojos, comenzando así un reto de miradas.
— Relájense, por favor... Yo buscaré al gatito, ustedes hagan todo lo demás y... Por favor, no peleen...
Eso pareció calmarlos, puesto que ambos se dejaron de amenazar con la mirada para comenzar a hacer lo que les pedía la chica. Ella salió disparada al cuarto de Emily, comenzando a buscar a Aiki por todas partes, sin embargo; no hubo respuesta.
— Bien, luego me encargaré de eso...
Por otro lado; Rindou, se encontraba en su departamento, comiendo un poco de ramen mientras veía la televisión y hacía cariños en la cabeza de su novia, la cual tenía en su vientre al ya no tan pequeño gato blanco, este se encontraba dormido.
Killian miraba la escena mientras hacía sus tareas en la barra de la cocina y comía unas cuantas chatarras. Sonrió al ver a su hermana en tanta calma y aceptando el amor que el Haitani le ofrecía, se lo merecía después de haber tenido que madurar a tan temprana edad para hacerse cargo de su hermano como si de su hijo se tratara.
