༺ Donde Ran se enamora profundamente de Emily haciéndola sentir amada y protegida, hasta que su falta de interés llega junto a una vieja conocida, haciendo sufrir a Emily en el proceso...
Ó
D...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jueves 25 de Diciembre del 2019 2:35 AM
— Feliz navidad, Ana. — deseó la muchacha mientras veía a la castaña descansar cómodamente en uno de los sillones de la habitación.
Se acercó a la ventana y miro los copos de nieve cayendo del cielo, decorando todo el oscuro lugar con bellas tonalidades de color blanco. Y se preguntó.
¿Qué estará haciendo Rindou?
Desde el miércoles dieciséis de Diciembre que no la visitaba. Solo le enviaba pequeñas cartas y alguno que otro presente. En parte le alegraba; no quería que Rindou se sintiera obligado a ir a verla a ese horrible lugar solo por única lástima.
— Feliz navidad a ti también, pequeña. — la chica despeinó su ahora medianamente largo cabello.
Su relación con Ana a mejorado mucho, si bien la castaña no es la persona más expresiva de el mundo. Siempre que estaba con Emily no podía evitar sonreír al ver los gestos que inconscientemente ella hacía. Como morder su labio inferior cuando leía o veía por la ventana. Arrugar ligeramente la nariz al ver la comida. Sonreír muy ligeramente cuando observaba con adoración las esponjosas nubes que aveces decoraban el cielo. O simplemente observarla mientras se perdía en sus pensamientos mientras veía un punto fijo.
— Ten. — le entregó una pequeña caja decorada. — Ábrelo...
Emily sonrió mientras tomaba la pequeña caja en sus manos. Con la emoción de una niña pequeña comenzó a abrirla, dentro de esta encontró una pequeña cadenita de plata con un anillo colgado de esta, el anillo estaba decorado con un pequeño corazón rojo, y era disimuladamente bonito. Emily sonrió emocionada y la sacó con delicadeza para verla de cerca; sus ojos brillaron y volteo a ver a Ana que permanecía viendo a otro lado con las mejillas un tanto coloradas.
— Es... hermoso, muchas gracias, Ana. — dijo con la voz entre cortada.
— Dios, no llores... — la castaña se acercó y se sentó a su lado. — No lo puedes usar aquí dentro. Pero... cuando salgas, tal vez... podamos... ir a una biblioteca como prometimos. Y ahí... yo... agh. — se quejó mientras ponía una mano en su cara, evitando así ver a Emily. — Yo pueda... ponértelo.
— Eso me haría la persona más feliz del mundo. Por favor guárdamelo mientras eso suce... — se interrumpió sola. — Espera... hablaste de que saldría de aquí como si fuera a ser dentro de poco. ¿Por... por qué?
— Bueno. Quería darte la noticia a las doce de la noche para que pudieras ver los fuegos artificiales y eso. Pero... debido a que has tenido muchos menos ataques, no has visto nada raro, tienes excelente conducta y has hecho todas las actividades de regularización. Pues... lo más probable es que para Marzo ya no estes por aquí. — sonrió ligeramente mientras le decía aquello. Notando la emoción crecer en Emily a cada palabra que decía.
